No todo es lo que parece
La ópera prima de David Sofía es un documental apócrifo estructurado a partir de lo que podría ser el backstage de un rodaje. Sin señal (2012) sigue la línea de películas como El proyecto Blair Witch (The Blair Witch Project, 1999) o Actividad Paranormal (Paranormal Activity, 2007) pero con una impronta bien argento.
El equipo de producción de un film se dirige a una mítica isla desierta para la realización de un documental antropológico sobre el lugar. Pero a medida que el tiempo transcurre una serie de extraños acontecimientos sucederán sobre cada uno de los integrantes implicados en el rodaje. Una cámara que nunca se apagará filmará todo lo que acontece. ¿Pero es parte de la realidad o todo es una puesta en escena para generar una experiencia límite cuya sensación traspase la pantalla?
Siguiendo una línea narrativa característica del cine de terror de los últimos tiempos, en dónde desde la ficción se juega con la realidad, David Sofía va más allá de la experimentación con un film intenso que no da respiro. Como si se tratase de un laberinto juega a despistar constantemente al espectador con bruscos giros narrativos en donde todo lo que parece ser termina no siéndolo. Sin apelar a una gran puesta en escena, ni siquiera una gran producción, el realizador requiere más de la imaginación que de lo explicito. Fuera de campos, desencuadres, cortes bruscos, producto de una supuesta cámara que está siempre encendida, son esenciales para generar ese clima ambiguo al que la película apunta.
El film rompe con los límites que separan la ficción de la realidad para sumergir al espectador en una historia que combina el terror, el thriller y el suspenso con elementos del cine autor. Un film apoórifo del que nunca se sabrá cuanto hay de mentira y cuanto de verdad. A pesar de ser un género, muy en boga en el mundo, David Sofía se las ingenia para darle una vuelta de tuerca y convertir a Sin señal en un atractivo producto para los amantes del género.