Emotiva reconstrucción de los tiempos de militancia juvenil en el Colegio Nacional de Buenos Aires durante los convulsionados años 70.
Basada en la novela homónima de Gaby Meik (a su vez inspirada en hechos reales), esta incursión en la ficción de Ernesto Ardito y Virna Molina (Raymundo, Corazón de fábrica) es un conmovedor retrato de una época de idealismo luego derrumbada por el accionar de la Triple A y el posterior golpe militar.
Ambientada en el marco del Colegio Nacional de Buenos Aires a partir de 1974, la película tiene como protagonistas a Ana (Isadora Ardito) y a Isa (Rocío Palacín), dos íntimas amigas y militantes de la UES en tiempos del regreso de Perón.
El film logra transmitir ese espíritu de época setentista, las internas entre los militantes peronistas y los de izquierda, el despertar sexual,y el avance de la derecha con el progresivo desplazamiento de profesores y rectores que venían de la época camporista (como Raúl Aragón en el CNBA) y una situación cada vez más represiva. Las asambleas, las tomas, las intervenciones policiales y los enredos sentimentales también forman parte de una película que tiene algunos pasajes en los que la música ampulosa, las situaciones forzadas y ciertos diálogos que no suenan demasiado naturales conspiran contra su eficacia dramática. También el permanente uso de la voz en off, las cartas, las grabaciones y las imágenes en Súper 8 subrayan por momentos más de lo debido el tono melancólico de las dos horas de relato.
De todas maneras, hay en Sinfonía para Ana -película inevitablemente destinada al debate ideológico en estos tiempos de “grieta”- varios aspectos para destacar: la reconstrucción de una época llena de complejidades, la multiplicidad de recursos narrativos (incluidos materiales de archivo), el intento por presentar las contradicciones políticas (en tiempos de mucha paranoia) desde una perspectiva íntima y humana y varias interpretaciones destacadas de jóvenes actores sin demasiada experiencia que deben transmitir una mezcla de inocencia, valentía y terror ante la violencia reinante. Así, aunque por momentos con más corazón que sutileza, Sinfonía para Ana surge como una propuesta valiosa.