Para decirlo rápido, es una cruza de “Zootopia” (mundo poblado solo por animales) con “Muppets 2” (descastados del espectáculo que, contra viento y marea, llevan adelante el show de sus vidas). Pero esta fórmula no sólo está respetada, sino pensada: cada personaje de los que pueblan este universo alegre, lleno de pequeños gags que satirizan –en la mejor tradición del cartoon– la vida cotidiana (para reírnos de nosotros mismos el dibujo nos convierte en animales), tiene una historia, un motivo, una razón para meterse en el canto. La selección musical es óptima, y lo peor que puede decirse de la película es que alarga innecesariamente su anécdota central para aprovechar y “meter” un gag más (en general surten efecto, pero no todos son necesarios). La simpatía inunda todos los fotogramas. Verla en inglés, si es posible: de otro modo, pierde algunos puntos.