Sinister

Crítica de Pablo Raimondi - SI (Clarín.com)

Hacerse la película

Es inverosímil como Scott Derrickson, padre de aquella excelsa criatura cinematográfica llamada El exorcismo de Emily Rose (2005), tiró del piolín de lo insólito y comenzó su flamante Sinister con un argumento difícil de creer: el escritor Ellison (Ethan Hawke) sobrevive gracias a su exitosa novela Sangre en Kentucky, pero la escribió una década atrás y hoy busca inspiración para una nueva obra que lo ayude a librarse de sus deudas económicas. ¿Dónde? En una casa, que compró de oferta, y en la cual ocurrieron una serie de crímenes aberrantes que lo atraparon para investigar el caso y redactarlo. ¿Y qué brillante idea tuvo este periodista especialista en crímenes celebres? Ocultarle a su recién mudada familia el siniestro pasado de la vivienda. En fin.

Ya instalado, el escritor encuentra en el altillo de la vieja casona una caja con varios rollos de peliculas filmadas en Súper 8 mm. y, además, un proyector. No pregunten porqué pero el protagonista sabe usar el artefacto a la perfección. En cada cinta hay diferentes escenas familiares que mutan abruptamente al horror con asesinatos de las formas mas diversas y truculentas. Ante el furor y gastado recurso del found foottage, los productores de Insidious y Actividad Paranormal recurrieron a una leyenda urbana: las snuff movies, peliculas con supuestos asesinatos reales, dignos de films como Hardcore, Tesis u 8mm.

A la inversa de muchas películas del género, que comienzan de forma prometedora y desbarrancan en la recta final, Sinister se acomoda y toma forma en la segunda mitad partiendo desde lo sugestivo (la especialidad de Derrickson), como así tambien en la intriga y toques bien macabros en relación a lo voyeurístico de un fantasmagorico criminal. Ethan Hawke, un actor ajeno al genero del suspenso, se repite en las acciones del film: cada noche se recluye en su búnker hogareño para investigar las muertes, aparta a su familia y se obsesiona con su papel cuasi detectivesco. Además el protagonista inspecciona cada cinta minuciosamente, toma whisky (a veces en demasia), edita artesanal y digitalmente cada película y, lo menos creíble, tiene un sueño bastante liviano a pesar del alcohol ingerido. Durante algunas noches se despertará y oirá el reproductor cinematográfico funcionando solo. La familia parece que duerme profundamente porque jamás se alteran ante los terrores nocturnos y ruidos que hace Mr. Ellison.

Lo rescatable de Sinister es la aparición de dos personajes: un oficial de policía que colabora con el escritor ofreciéndole documentación precisa y un especialista en civilizaciones antiguas que orienta al protagonista para descifrar el origen de las matanzas. A la mínima pista o indicio se descubrirá la trama del film: así de delgada es la resistencia del argumento de Derrickson, realizador que exploró con la ciencia ficción (The Day the Earth Stood Still) y guionó ibretos como Urban Leyend: Final Cut y Hellraiser: Inferno, ambas de 2000. Una película que atrapa desde lo ritualistico. Y nada más