Otra de demonios y van...
Sinister (2012), encargada al director Scott Derrickson por los responsables de Actividad Paranormal (Paranormal Activity, 2007) y La noche del demonio (Insidious, 2010), tiene mucho que envidiarle a sus predecesoras. Con escasos momentos de suspenso y con escenas trilladas, la película no logra coincidir con lo que las críticas extranjeras predecían.
Ellison Oswalt (Ethan Hawke) es un autor de novelas policiales recién llegado a su nueva casa con su esposa e hijos. En el ático descubre una caja con material fílmico. Los rótulos de los rollos de celuloide parecen divertidos: “Fiesta en la piscina”, “Un día en el parque” y “Hora de dormir”, entre otros. El escritor, a sabiendas de que en esa casa se ha cometido un asesinato, decide ver estas películas caseras y descubre algo tenebroso de lo que no podrá escapar con facilidad. Aparentemente ya es muy tarde para eso.
Desde su afiche meritoriamente atractivo y su trailer marketinero que invita a atornillarse a la butaca y no perderse un segundo, el espectador sufre un engaño. Si bien la trama parece interesante y coherente los primeros minutos, el argumento se debilita en el transcurso del film, cayendo en lugares comunes, escenas trilladas, el falso suspense y la inconsistencia.
Luego de El exorcismo de Emily Rose (The exorcism of Emily Rose, 2005), Derrickson prometía jugar con los miedos y la imaginación de las audiencias en esta película, pero no logra su cometido, propiciando que termine siendo una producción más pochoclera que otra cosa y sin una razón que justifique su existencia, y menos habiendo un mercado tan amplio de películas lamentables del género.
Además, y por sobre todas las cosas, el film tiene un elemento errado: hacia el final termina por mostrar absolutamente todo y este recurso no resulta certero si se pretende lograr un buen film de terror que logre mover las emociones y crear adrenalina.
En definitiva, podría haber sido una buena historia de suspenso, un gran thriller psicológico o un buen drama, pero tampoco reúne tales condiciones. La película juega con la intriga en su primera mitad y luego se torna graciosa y absurda. Ideal para los super fanáticos del cine clase B pero los que esperan ver una obra maestra de terror-tal como vaticinaban algunos- abstenerse porque caerán en la decepción.