EL PLATO CHICO
Aunque no lleva mucho tiempo entre nosotros nosotros, LOS JUEGOS DEL HAMBRE ya está terminando. Pero a medida que se acerca el final, siento que aun no me deja satisfecho del todo. La primera –estrenada en 2012 y dirigida por Gary Ross– presentó una premisa fascinante y dos buenos protagonistas, pero quedó arruinada por una espantosa cámara en mano que nunca se quedaba quieta y algunas ridiculeces como perros-monstruos, histeriqueos adolescentes, aires pretenciosos de cine indie y diseños de personajes exagerados. Con la espectacular LOS JUEGOS DEL HAMBRE: EN LLAMAS (THE HUNGER GAMES: CATCHING FIRE, 2013) y el nuevo realizador Francis Lawrence, la serie alcanzó su punto máximo al convertirse en un verdadero tanque hollywoodense, con una dirección más estilizada, geniales escenas de acción y un final que dejó a todos con muchísimas ganas de ver a Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence), la Chica en Llamas que desafió al opresivo Capitolio, uniéndose al Distrito 13 para vengar la destrucción de su Distrito 12 y el secuestro de su… ¿Amigo? ¿Novio?... de Peeta Mellark (Josh Hutcherson). Lamentablemente, todo lo que prometía esa mirada llena de ira y ese épico cliffhanger quedó disipado en LOS JUEGOS DEL HAMBRE: SINSAJO – PARTE 1 (THE HUNGER GAMES: MOCKINGJAY – PART 1, 2014), una película que se boicotea a sí misma al ser solo la mitad de una historia entera, que fue obvia y estúpidamente dividida para duplicar ganancias. El resultado es el colmo de la expresión “la calma antes de la tormenta” en forma de un film interesante y maduro, pero sin la diversión, la acción, el ritmo y los Juegos del Hambre que esta serie acostumbraba darnos. En lugar de eso, prepárense para dos horas con la Presidenta Coin (Julianne Moore) y Plutarch Heavensbee (Philip Seymour Hoffman) convirtiendo de a poco a Katniss en el Sinsajo, el símbolo de la rebelión, mientras ella filma comerciales e intenta convencer a los demás de ir a rescatar a Peeta. Imaginen esta franquicia como un delicioso buffet con todo lo que puedan comer, pero nosotros estamos parados en frente con un plato chico en las manos y con una persona detrás que nos dice: “Solo se pueden servir una vez. Si quieren más, vengan el año que viene”.
La fotografía, las actuaciones, la banda sonora, los momentos dramáticos y la propaganda política son algunos elementos que LOS JUEGOS DEL HAMBRE: SINSAJO – PARTE 1 maneja realmente bien y la coloca por encima de la etiqueta de “película para las adolescentes”. Sin embargo, comete el pecado más imperdonable en este tipo de productos. Al separar la última novela de Suzanne Collins, el director Francis Lawrence –quien vuelve pero con un poco de la frenética cámara en mano del primer film– se vio obligado a estirar la historia para abarcar el largo de una cinta. Pero parece ser que en realidad no había demasiado para filmar en esos primeros capítulos del libro. Tal vez sea muy fiel al material original (lo cual dejará contentos a los fans), pero en definitiva es una producto que no entretiene y que se mueve a un ritmo demasiado lento. En ocasiones es intensa, poderosa y se anima a tratar temas tan serios como las consecuencias de desafiar al sistema, la manipulación de los medios y las luchas políticas por medio de campañas. Pero mientras corrían los créditos finales, me di cuenta de que en realidad había visto más un avance para la siguiente entrega que una película per se. Lo sé, lo sé, es solo una parte de algo mucho mayor, pero eso no le da derecho al estudio a estrenar una secuela de una franquicia de aventura y ciencia ficción en la que su heroína no hace mucho físicamente hablando; que pretenciosamente intenta ser un drama de pura intriga política y que cree que no necesita de acción para hacerle pasar un buen rato al espectador ¡Créanme, sí la necesitan! ¿Qué a caso ya se olvidaron que tenían perros-monstruos y babuinos asesinos en las anteriores? Agradezco que la nueva secuela se olvide de los juegos para volverse un acercamiento mucho más emotivo, trágico y oscuro a la distopía de Panem, y es muy probable que la epicidad e intensidad que yo anhelaba la encuentre recién en LOS JUEGOS DEL HAMBRE: SINSAJO – PARTE 2 (THE HUNGER GAMES: MOCKINGJAY – PART 2, Noviembre de 2015), pero no hay excusas para que, en un film de este género, su ÚNICA escena de acción sea la que más promocionaron los avances.
A pesar de mis críticas, no odié LOS JUEGOS DEL HAMBRE: SINSAJO – PARTE 1, aunque sí pienso que es buena solo como el principio de cualquier película puede ser. Como producto entero, es una decepción ya que no se mantiene firme por su cuenta y juega demasiado a ser un film para adultos sin importarle la cantidad de bostezos que pueda llegar a causar. No digo que dejen de lado el guión inteligente con discusiones sobre la injusticia, la propaganda y el poder de los líderes, para convertirse en una película de Katniss matando malos a flechazos y nada más, pero sí creo que deberían encontrar el equilibrio entre ambos para dejar a cada uno en la sala satisfecho y no solo a los lectores de las novelas que creen que cada momento era necesario. Para disfrutarla, el resto de los espectadores debe entender que estos son LITERALMENTE solo los primeros 122 minutos de algo que terminaremos de ver el próximo año. Antecesoras de esta movida marketinera –como HARRY POTTER Y LAS RELIQUIAS DE LA MUERTE – PARTE 1 (2010) y hasta las debatibles EL HOBBIT: UN VIAJE INESPERADO (2012) y EL HOBBIT: LA DESOLACIÓN DE SMAUG (2013)– sufrieron levemente del mismo inconveniente, pero al menos supieron construir una estructura narrativa fluida –a pesar de sentirse estiradas–, explotando al máximo cada parte del libro y llenando la historia de escenas de acción, para cerrar en una climax intenso cuyo conflicto de turno concluía o se solucionaba de alguna forma, para recién dar paso a ese desalmado “Continuará…”. El “cierre” de LOS JUEGOS DEL HAMBRE: SINSAJO – PARTE 1 no es un punto a parte como debería ser, sino una coma. No hay climax, lucha final o un “¡Ganamos la batalla pero no la guerra!”. Esto provoca un tercer acto para nada intenso o emocionante, que se siente como si alguien nos corriera de la sala antes de tiempo, dejándonos con muchísimas ganas de ver más, pero no en el buen sentido. Su estafador “climax” es solo Katniss hablando mientras otros personajes participan en una escena de acción que NUNCA vemos ¡Así es, el conflicto central de LOS JUEGOS DEL HAMBRE: SINSAJO – PARTE 1 se soluciona fuera de cuadro! Eso sí, del final agradezco muchísimo un oscuro y perturbador cambio en relación a uno de los personajes, que me recuerda que esta saga no para de sorprenderme con respecto a su historia y sus protagonistas.
Pero aunque cierra mal (o no cierre para nada), es anticlimática y no cuenta con el ritmo veloz que necesitaba, reconozco que LOS JUEGOS DEL HAMBRE: SINSAJO – PARTE 1 por fin me mostró porqué esta historia cautivó a toda una generación de fanáticos. Con este nuevo capítulo, su mundo es presentado en mayor profundidad y su villano con un aura mucho más siniestra, mientras que la psiquis de su fuerte protagonista femenina es el centro de la narración, y no tanto sus heridas externas. Ahora sí se siente que todo está en riesgo. En algunos aspectos, es un crecimiento para la saga en relación a los temas que trata, ya que se enfoca por completo en la rebelión de la que tanto se había hablado en el pasado y en la carga emocional que provoca en sus protagonistas. Con una constante atmósfera opresiva y algunas espeluznantes imágenes difíciles de ver (el campo de cadáveres; el bombardeo desde dentro del refugio y muchas más), este principio del fin es un cruento retrato de una sociedad violenta, además de una interesante y muy cínica demostración de los jugadores, las estrategias, las víctimas, las pasiones, las esperanzas y las políticas que intervienen en una guerra. Empujada por fabulosas interpretaciones (Lawrence, Moore, Hoffman, Sutherland y en especial Hutcherson), esta película decide darnos menos romance juvenil para mostrarnos más de Katniss luchando contra su destino. Y es realmente fascinante notar que por detrás de las buenas intenciones de sus aliados parece existir además un juego de manipulaciones en el que ella es solo un peón más para líderes que buscan tanto libertad como poder. En ocasiones, algo así puede resultar incluso más efectivo o atrapante que cualquier tiroteo. Pero dependerá de usted, espectador, elegir qué prefiere ver. Tal vez no divierta a todo el mundo por igual, pero LOS JUEGOS DEL HAMBRE: SINSAJO – PARTE 1 demuestra que esta saga si tiene mucho para ofrecer. Solo tiene que aprender a repartir mejores porciones. Qué lástima que, entre tantas delicias, nosotros tengamos que estar aquí parados con el plato chico en las manos. Más, por favor.