Una película Sin Climas
En Hollywood los finales se estiran más de lo conveniente y un claro ejemplo es el estreno de esta película dividida en dos partes y basada en el tercer libro de la trilogía literaria de ciencia-ficción escrito por Suzanne Collins.
Los Juegos del Hambre: Sinsajo (Parte1) tiene a Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence) como figura central del proceso que viene gestando una rebelión contra el gobierno. La protagonista debe adaptarse a su nueva vida después de que los rebeldes del Distrito 13 la rescatan de la Arena sobre el final de la 75 edición de los Juegos. Y uno de los detalles más siniestros dela trama es que Peeta Mellark (Josh Hutcherson) no tiene la misma suerte y es capturado por el Capitolio, que lo somete a terribles torturas psicológicas.
La vida ya no será fácil como ella había imaginado y menos si la presidenta del Distrito 13 (Julianne Moore) desea convertirla en un símbolo de la revolución, en un Sinsajo para mostrar al resto de los distritos.
La mano segura que Francis Lawrence había mostrado en el eslabón anterior -y más alto- de la saga aca evidencia un temblor que hace que la historia sea prácticamente mínima sin momentos de verdadera emoción y, mucho menos, de gran despliegue. Es más, la secuencia de la invasión con un grupo especializado que ingresa en las líneas enemigas carece del clima que el relato necesita. El rostro en primer plano de Katniss lorando una y otra vez y enfrentando, a través de una pantalla, al presidente Snow (Donald Sutherland) tampoco ofrece demasiado entusiasmo.
En la tercera entrega aparece el malogrado Phillip Seymour Hoffman, se incorpora a un siempre convincente Woody Harrelson y se amplía el personaje de Gale (Liam Hemsworth), quien pelea codo a codo con Katniss en contra del Capitolio.