La mitad de la milanesa
Dividido en dos filmes, la primera parte del capítulo final de la saga de “Los juegos del hambre” es como un aperitivo.
Difícil criticar la mitad de algo, sea un libro, una obra de teatro o, como en este caso, una película. Porque Sinsajo, Parte 1 es, como su título lo indica, la primera mitad de la adaptación del tercer y último libro de Los juegos del hambre, de Suzanne Collins.
Y sobre todo porque es en el desenlace de la saga donde más cosas atrapantes suceden.
Sinsajo, Parte 1 es como un aperitivo. Como un enlace entre el fuerte final de En llamas, y la conclusión.
Para los que leyeron el libro -igual, no vamos a adelantar dónde decidieron terminar la película-, lo que prima en la adaptación es un aspecto de reality show, con Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence) convertida en símbolo de la revolución y de la resistencia, una vez que fue raptada por los rebeldes, y -caramba- luego de ser emblema de la Capital del totalitarismo, con el presidente Snow (Donald Sutherland) a la cabeza.
Como en esta película no hay Juegos del hambre, batallas de supervivencia, la guerra se desata en los medios, básicamente en la TV. A Katniss pretenden manipularla los rebeldes de la misma manera que lo hizo la clase dominante en los capítulos anteriores, con asesores de imagen y demás.
Igualmente hay acción, pero todo se desenvuelve más en el terreno de las palabras. Y si Katniss tiene sus fans, no es precisamente por su destreza extrema en el uso del arco y flecha, sino porque la rebeldía le hierve la sangre. Y así Jennifer Lawrence vuelve a ser el elemento que late en el filme. El que lo lleva hacia delante. El que lo mantiene vivo.
Hay nuevos personajes (la presidenta rebelde Alma Coin, interpretada por Julianne Moore), hay que ver en qué anda Peeta (Josh Hutcherson) y cómo se lo ve a Plutarch (Philip Seymour Hoffman, en la mitad de su último papel...).
Los filmes por entregas (Harry Potter y las reliquias de la muerte también se dividió en dos, y Peter Jackson decidió que El Hobbit fueran tres películas cuando pudo haberse limitado a una, tal vez) terminan siendo así. En Norteamérica ya creen que Sinsajo, Parte 1 superará a las dos entregas anteriores en cuanto a recaudación en sus tres primeros días en cartel, por lo que la idea de dividir el libro en dos tiene su razonamiento económico.
El final de Sinsajo, Parte 1 es como si alguien apretara pausa, o pusieran el cartelito de continuará.
Como si al comer su plato preferido, usted dejara para el final lo que sabe que es lo más rico.
Continuará exactamente dentro de un año. Ahí hablamos.