Aun con sus tics, “Sinsajo final” conformará a fans
La segunda parte de la tercera parte de la trilogía de "Los juegos del hambre" encuentra a la heroína Katniss Everdeen, la única ganadora de esas especies de olimpíadas sangrientas-reality show del futuro, siendo utilizada demagógicamente por la presidente de los rebeldes Julianne Moore de un modo similar o peor que su oponente, el malvado dictador Donald Sutherland.
A medida que el ejército rebelde avanza para invadir el Capitolio (es decir la capital futurista), la protagonista decide tomar las riendas de sus acciones y asesinar sola al jefe enemigo que tanto daño le hizo a ella y sus camaradas en las partes anteriores de la saga. En su audaz decisión la acompañan varios camaradas de armas, incluyendo a su antiguo compañero Josh Hutcherson, aunque ahora es un chico peligroso dado que fue sometido a un extraño lavado de cerebro.
Este final es de lo mejor de esta trilogía exageradamente larga, pero de todos modos repite casi todos los tics de las películas previas, incluyendo diálogos melodramáticos que detienen la acción y parecen salidos de una telenovela, y una duración a todas luces excesiva de 137 minutos.
Entre lo más destacable está el hecho de que ahora que los acontecimientos llegan a su desenlace, las cosas se ponen más terroríficas, lo que da lugar a un par de escenas realmente logradas, como el ataque de una especie de brea negra y monstruosa, o una angustiante escena en la que los héroes son perseguidos por unos mutantes albinos en los túneles del Capitolio.
Por otro lado, finalmente Julianne Moore y, sobre todo, Donald Sutherland tienen oportunidad de mostrar su talento en medio de tantas actuaciones juveniles que oscilan entre lo discreto y lo inexpresivo. También vuelve a aparecer, resucitado digitalmente, Philip Seymour Hoffman, pero verlo resurgir de la cripta para no hacer casi nada es bastante chocante.
Para los adolescentes fans del libro queconsumieron masivamene estas películas en todo el mundo esta despedida les dejará un verdadero vacio, que ojalá puedan llenar con alguna buena película fantástica y no con más de estos fenómenos de taquilla de ciencia ficción y terror pasteurizado.