Amor en tiempos de guerra y algo más
Al igual que George R. R. Martin en Game of Thrones, Suzanne Collins toma una decisión que aporta mucha verosimilitud y dramatismo a su tercer libro y a la última película de Los Juegos del Hambre. Lo que el escritor dice que tomó del Señor de los Anillos es la muerte de varios personajes favoritos de los fans.
Katniss Everdeen regresa a los cines con la cuarta y última entrega de esta franquicia, que ya recaudó 2315 billones de dólares en todo el mundo y espera sumar otros 800 millones aproximadamente con esta nueva película.
La joven que tomó el lugar de su hermana menor en la primera película de los juegos del hambre madura y crece, empezando a entender el ajedrez detrás de la guerra civil en Panem y se mete en el oscuro mundo de las intenciones políticas escondidas en cada movimiento, rebelde o del capitolio.
Jennifer Lawrence hace un papel genial, donde encarna en cada mirada, cada diálogo, cada expresión corporal y cada acción la transformación del personaje, acorde comprende su rol dentro de la guerra. En cuanto a sus compañeros de escena no se quedan atrás y sus interpretaciones están todas muy bien logradas.
Desde la dirección, no hay nada que se pueda criticar ni destacar. Hollywood resuelve con los ojos cerrados y sin arriesgarse demasiado en todas las tomas, logrando incluso que una de las escenas del final se parezca mucho a las entregas más recientes de Star Wars.
El único detalle que se podría haber resuelto mejor de la película, es el ritmo lento de los primeros 10 minutos, que parecieran recordar el final de la primera parte de Sinsajo. Además, hay una especie de zombies que persiguen al grupo de personajes liderado por Katniss que no tienen correlatividad con ninguna de las tres películas anteriores.