Skinamarink, el despertar del mal, es una película de terror canadiense de bajo presupuesto, escrita y dirigida por el debutante Kyle Edward Ball. Y protagonizada por los actores infantiles Lucas Paul y Dali Rose Tetreault, acompañados de los adultos Jaime Hill y Ross Paul.
La historia se centra en dos hermanos que se despiertan en mitad de la noche, y descubren que desaparecieron las puertas de salida y ventanas de su casa. Siendo esto lo único que se puede revelar de una trama, que se fundamenta en las diferentes sensaciones que provocan en el espectador.
En primer lugar es necesario destacar que su director logra generar desde la puesta en escena el clima surrealista que necesita la narración, haciendo un buen uso tanto de los extrañamientos, con objetos que no respetan la ley de gravedad, como del fuera de campo, con las voces susurrantes de sus protagonistas o el sonido constante de los dibujos animados que transmite la televisión encendida. Pero su duración excesiva, de 100 minutos, hace que termine perdiendo efectividad, especialmente en su segunda mitad, corriendo el riesgo de aburrir y generar desinterés en el espectador.
En conclusión, Skinamarink, el despertar del mal es una película de terror minimalista, en la línea de la franquicia de Actividad paranormal. Y a pesar de que su duración excesiva le juega en contra a la hora de mantener la tensión y el interés del espectador, nos presenta a un director interesante que sabe construir climas aterradores con una notable economía de recursos.