Ojeadura espacial
Las invasiones extraterrestres tuvieron ejemplos muy variados en la historia del cine. Skyline: La invasión (Skyline, 2010) apela a todos ellos agregando un elemento más: ¡¡¡Mirando al cielo quedás obnubilado por los extraterrestres!!!
Una joven pareja descubre que va a dar a luz a su primer hijo. Ante la incertidumbre del destino, sus miedos amenazan con separarlos pero la invasión extraterrestre afianza los lazos y los pondrá a luchar a muerte por esa vida que está por nacer.
Skyline acierta en dos cuestiones: Primero en generar un conflicto débil pero útil a la hora de justificar la lucha por la supervivencia de sus protagonistas. Segundo, en utilizar todo el despliegue visual desde un sólo punto de vista: Los personajes miran por la ventana (o desde la azotea del edificio en el cual se encuentran) y recrean toda la invasión extraterrestre que se sucede frente a sus ojos.
El suspenso se construye a partir de la situación estática en que se encuentran los personajes encerrados en el edificio. Algo parecido pasaba en La niebla (The mist, 2008) con los protagonistas encerrados en el supermercado. Pero el punto de vista se termina de consolidar con el ejercicio de la visión que termina “transformando” a aquellos que observen detenidamente las luces que se desprenden de las naves espaciales.
Pensar en una alusión a La ventana indiscreta (Rear window, 1954) sería pedirle mucho a Skyline, un film que utiliza ese elemento para generar tensión (Hitchcock también) pero nunca para hacer un paralelo con el dispositivo cinematográfico. Es un recurso interesante en una película que busca –y logra- entretener.
Hay en Skyline máquinas que parecen a las del film de Spielberg La guerra de los mundos (War of the worlds, 2005) o a Matrix (1999), mientras que situaciones fuera de campo rememoran a Cloverfield (2008). Eso sí, una vez que la tensión se acrecienta Skyline levanta vuelo propio y el desarrollo visual impacta escena a escena, llegando a una toma que sintetiza toda la película: la joven pareja abrazada y un travelling semi circular detrás de ellos describe las dimensiones de la invasión extraterrestre cubriendo todo el cielo. Ellos aferrándose a la vida con su hijo en camino, enfrentándose a todos los obstáculos que les depare el futuro.
Para bien o para mal, Skyline sorprende visualmente y genera atractivo aunque sea otra de las tantas películas del género de invasiones extraterrestres. Por más que intente perfilarse como la versión 2010 de Sector 9 (District 9, 2009), no alcanza desde su subtrama a posicionarse en otro lugar que el del más puro entretenimiento.