Las últimas semanas del año suelen ser “flacas” en estrenos de calidad, presentándose títulos largamente postergados y de escaso interés, además de material que se sabe será desplazado apenas empiecen a estrenarse los habituales “blockbusters” de fin de año. Uno de estos ya llegó la semana pasada (“Harry Potter y las reliquias de la muerte – Parte1”) y otros lo sucederán como es el caso de “Megamente”, que se estrena la semana próxima.
“Skyline: La invasión” es un film menor del género de ciencia ficción dirigido por los hermanos Colin y Greg Strause, cuyo único antecedente en el largometraje es la codirección de “Alien vs Depredador 2” Los hermanos Strause son más conocidos en el mundo de Hollywood por su participación en la producción de efectos (FX) en grandes éxitos comerciales tales como “Avatar” y “Titanic”.
En “Skyline” lo único no convencional son justamente los efectos especiales, mientras que en el resto de los rubros (guión, actores, música, etc) las diferencias con las dos películas de John Cameron resultan abismales. La primera escena ya revela el género al mostrar el cielo de Los Ángeles poblado de luces misteriosas que caen a la tierra. Los personajes principales son testigo de la fuerte iluminación que produce tal invasión pero poco después la acción retrocederá algunas horas y habrá que esperar unos treinta minutos de proyección antes de que se repita prácticamente en forma idéntica esa primera escena impactante. Esa espera de media hora puede llegar a ser soporífera para un espectador algo exigente.
La pareja central integrada por Jarrod y Elaine llega a California invitada por su amigo Terry, a quien los negocios parecen irle muy bien como lo prueba el lujoso auto con que los busca y el edificio con piscina donde convivirán con su anfitrión. Una vez arribados, Elaine le comunica a Jarrod que está embarazada. Este, interpretado por Eric Balfour es un actor cuya expresión y musculatura recuerdan a un Sylvester Stallone joven, pero aún menos expresivo lo que subraya sus limitaciones. Scottie Thompson (Elaine) es bonita y un poco mejor actriz. El resto de los pocos personajes (excluidos los extraterrestres) se reducen a la novia de Terry, a una amiga (o quizás algo más) y compañero y a un vecino del edificio, de armas tomar.
La última hora tendrá un crescendo en acción aunque siempre dentro de un relato convencional con visitantes del espacio llegados en grandes naves espaciales y con largos tentáculos, tan habituales en este tipo de seres de otras galácticas. La pareja de Jarrod y Eliane serán virtualmente “chupados” a la nave espacial y en la parte final el estado grávido de ella aportará uno de los pocos momentos rescatables de esta olvidable producción.