La historia de las invasiones extraterrestres es ya un mundo conocido y explotado por muchos en la era del cine Hollywoodense, esta vez los hermanos Strause nos presentan una nueva película donde los invasores huelen a tecnología y cerebro humano.
Jarrod y Elaine, dos jóvenes neoyorkinos, deciden realizar un viaje a Los Angeles para visitar a Terry, un amigo de la infancia del primero con un muy buen pasar económico. Los chicos llegan a L.A y se sumergen en un mundo nuevo de lujo, goce y buen vivir asistiendo a la fiesta de Terry. Cuando la fiesta concluye, los invasores aparecen junto con las ganas de sobrevivir de los protagonistas.
Los extraterrestres esta vez toman la forma de una luz azul que atrae a la gente instaurándose dentro del cuerpo de uno, luego los chupa hacia dentro de una nave gigante al estilo Día de la Independencia. Estos bichos toman esta vez forma de pulpos tecnológicos con luces azules que asoman de sus extremidades y se cuelan dentro de cada departamento buscando gente muy al estilo Minority Report.
La película esta protagonizada por actores de series americanas (Eric Balfour de 24 y Scottie Thompson de Trauma) y las interpretaciones no son muy dignas para la pantalla grande. Por suerte los Strause dejaron una vuelta de tuerca para el final. Entretenida si, pero recomendable para ver en casa, cae en la mayoría de los clichés del subgénero de extraterrestres.