Un grupo de chicas que asiste a un instituto de un pueblo perdido en el medio de la nada y rodeado por un frondoso bosque, decide una noche cualquiera, ver un video con el que, en teoría, se puede invocar a Slender Man. Lo que no sabían es que estaban por adentrarse en su peor pesadilla.
Y finalmente llega a nuestros cines Slender Man, film sobre el mito urbano nacido en internet hace ya casi una década, y que tuvo su tardía adaptación al cine. Y viendo el resultado final, se hubiera quedado en la red de redes.
Slender Man es una película mala, hay que decirlo sin rodeos. Pero es de esos films tan malos, que deja bastante tela para cortar, y que sirve de ejemplo de lo que no hay que hacer en una producción que pretende ser seria.
Uno de sus mayores problemas radica en el guion. No solo porque es una seguidilla de clichés y jumpscares que no asustan a nadie, sino que carece de cualquier tipo de construcción, sobre cualquier apartado. No tenemos mito de origen del villano, los personajes principales no tienen un back up emocional que nos haga conectar con ellos, y más de una secuencia, implica que alguna de estas cuatro chicas lea en voz alta algo en internet o un libro, y que de inmediato pase lo que acaba de decir; rozando un nivel de literalidad que trata al espectador como si fuera un nene de cinco años.
Quizás uno de las pocas cosas rescatables que podemos ver en Slender Man, es que se intentó mostrar muy poco al propio Slender Man de forma directa. Casi siempre lo veremos entre sombras, o por apenas un segundo. No sabemos si esta decisión fue consiente del director al saber del bajo presupuesto con el que contaba, o si fue mera casualidad, pero el hecho de que no veamos a la criatura por demasiado tiempo y tan de frente, es algo que suma puntos ya que juega con el suspenso y la insinuación.
Y ahí podríamos terminar con lo destacable de Slender Man (eso y que dura poco), porque ni siquiera podemos mencionar alguna actuación que merezca ser rescatada. Quizás la ya conocida en el género Joey King es quien puede salvarse del desastre.
Slender Man es de esas películas que terminan dándole argumentos a favor a los detractores del cine de horror. Ya con esto estamos diciendo todo lo que podríamos decir sobre un film olvidable y que esperemos, nadie recuerde en el futuro cercano.