La esencia de Peanuts sigue intacta.
Para los fanáticos de las animaciones del gran Charles M. Schulz, finalmente llegó a nuestro país Snoopy & Charlie Brown (The Peanuts Movie, 2015). Para los que crecimos con estas tiras cómicas y sus animaciones es todo un acontecimiento, ya que no se realizaban películas de Peanuts desde los ochenta -sin contar algunos especiales televisivos- y dicho film aparece quince años después de la muerte de su creador. Este proyecto, a cargo de su hijo mayor Craig y su nieto Bryan, narra una nueva aventura que en cierta forma reúne varias de las historias que ya hemos visto antes, pero de forma actualizada permitiendo a las nuevas generaciones encariñarse con los personajes y a las anteriores tener un viaje emocionante al pasado. Protagonizada por Charlie Brown y Snoopy, acompañados de sus amigos entrañables, se mantiene la esencia principal de su original: los valores humanos. Si bien Peanuts siempre ha sido un dibujo dirigido a un público infantil, lo interesante del mismo es que este grupo de amigos funcionaba como un microcosmos del mundo adulto, emitiendo ideas bastante existencialistas, haciendo del mismo mucho más que una simple historieta.
Estos personajes creados en 1950 son llevados a la pantalla grande mediante una animación bien lograda, cercana al stop motion, que mantiene tanto los movimientos y los gestos de los personajes, y los rasgos esenciales del cómic original, como los trazos de su creador. Asimismo, reproduce algunos recursos estéticos característicos del mismo -como por ejemplo los trazos rápidos sobre el rostro de Charlie cuando éste se sonroja y las onomatopeyas- adhiriéndole un poco de textura y un sutil 3D que lo aggiornan a lo actual, pero que no lo modifican a diferencia de lo que sucedió con adaptaciones como Garfield (2004) o Los Pitufos (2011), las cuales echaban a perder por completo sus propiedades intrínsecas. Los vínculos entre Charlie y sus amigos (Linus, Lucy, Patty, Marcie, Schroeder, Pig-Pen, Franklin) y su hermanita Sally siguen vigentes, ya que aún hoy los niños pueden identificarse con los personajes, pues ello es lo principal de estas narraciones, la complejidad de los vínculos humanos. Mientras que C. Brown hace todo lo posible por conquistar a la niña pelirroja -emprendiendo un camino de autoconocimiento similar al del héroe literario en la Bildungsroman- en paralelo su fiel amigo y “mascota” Snoopy, mediante su tradicional máquina de escribir, narra sus enfrentamientos con su archienemigo, “El Barón Rojo” (un piloto alemán de la Primera Guerra Mundial: Manfred von Richthofen), quien le impide conquistar a la perrita Fifi. Esta intertextualidad no es casual, puesto que todo el mundo de los cómics de Schulz está impregnado de sus experiencias de vida: es sabido que combatió en la Segunda Guerra Mundial y que muchas de las cosas que sucedían cotidianamente en su hogar eran plasmadas luego en sus dibujos.
Retomando lo mencionado anteriormente, puede concluirse que hay un paralelismo entre el inconsciente de Charlie Brown y el de Snoopy, quien divide su narración dentro de la narración en siete breves capítulos. Los pensamientos de Charlie Brown se esbozan, al igual que en el mundo del cómic, con una nube sobre su cabeza y poseen la misma estética que los dibujos originales de Schulz. En consecuencia, ambas versiones, la del hijo (Craig) y la de su padre Charles, conviven en pantalla. Craig decidió mantener las voces originales de Snoopy y Woodstock, las cuales eran realizadas por Bill Meléndez, director de algunas películas de Snoopy y voz también de algunos personajes de Fantasía (1940), Dumbo (1941) y Bambi (1942). Los niños de hoy utilizan toda clase de tecnologías, sin embargo los niños del universo Peanuts no usan celulares, se definen por practicar deportes, jugar con barriletes, bailar y tocar instrumentos. Para hacer encajar el mundo actual y el universo de su padre, Craig decidió utilizar el leitmotiv original (escrito por Vince Guaraldi), que caracterizó a las animaciones por años, y dos canciones de pop actual, pero que no son el hit del momento. El cómic del legendario Schulz tuvo influencia sobre varias animaciones posteriores, incluso algunas cercanas a nuestros días como Los Simpson y Mafalda, entre otras, por lo cual vale la pena que sea recordado. Snoopy & Charlie Brown es un hermoso film que sin dudas vale la pena que lo disfruten tanto niños como grandes, ya que después de todo remite a lo primordial del cómic: Charlie Brown quiere ser aceptado por los demás y poder hacer volar su barrilete, y Snoopy escribir y vivenciar una gran aventura.