Un chico y su perro, la vida según Charlie Brown
Ya sea por la emotividad, simpleza y belleza de sus viñetas en tira, la creación de Charles Schulz resulta ser una obra que disuelve la frontera entre la niñez y la edad adulta. A propósito de “Peanuts”- título original de la tira o comic strip- el célebre filósofo italiano Umberto Eco se refirió a la fascinante capacidad de Charles Schulz para escenificar desde el mundo de los niños un amplio catálogo de neurosis, incertidumbres y cuestionamientos propios de la madurez. Es allí donde reside la fuerza de la cómica y reflexiva tira de historietas que por mas de medio siglo cautivo a varias generaciones de lectores, hijos dilectos del psicoanálisis a temprana edad.
El personaje principal de “Peanuts” es Charlie Brown, que acaso sea para muchos una canción de Coldplay, pero desde hace muchísimo tiempo se trata de un niño simple y tímido que vive en las viñetas con sus amigotes y su perro Snoopy. El personaje no es otra cosa que el otro extremo del trazo de grafito y tinta china donde su creador Charles M. Schulz se retrataba a la hora de recrear las vivencias de su infancia en viñetas en virtud de su modo de decir el mundo.
Charlie Brown carga desde temprana edad la notoriedad de echar a perder todo aquello que emprende, ya se trate de remontar un barrilete, jugar al hockey sobre hielo o volar un barrilete, cualquiera sea la actividad que se ponga como meta concluirá en un desastre. Pero acaso sea la rúbrica distintiva del personaje su inagotable capacidad para jamás bajar los brazos, intento tras intento, Charlie Brown contara con su fiel compañero el perro Snoopy, sus queridos amigos y la siempre terrible Lucy. Ellos, su público habitual presto para arengarlo a continuar aunque se la pase trastabillando una y otras en su itinerario.
Snoopy & Charlie Brown es una emocionante aventura que celebra con encanto y poesía la determinación ante la adversidad, la amistad y aceptación de las diferencias.
Lejos de las viñetas o los especiales de TV (CBS, 1965), llega una tan ansiada como postergada adaptación a la pantalla grande, donde el mundo de Charlie Brown se pondrá una vez mas de cabeza cuando una niña pelirroja llegue a su clase robándose toda la atención y las miradas. Charlie Brown arremeterá contra todo tipo de peripecias, en una película con ritmo constante que no se olvida de enfatizar los gags pertinentes a obstáculos varios y la propia torpeza del muchachito para ganarse la admiración de la nueva chica del aula. Al menos por una vez la fortuna parece estar del lado del buen Charlie cuando se asignen trabajos prácticos en el aula escolar y nuestro héroe sea convocado a trabajar con la niña pelirroja. Finalmente los dados parecen haber salido a su favor, pero ésta no sería una aventura de “Peanuts” si no se tratase de una exquisita oda a los perdedores.
Fidelidad al espíritu creativo de Charles M. Schulz
“Peanuts” es la obra que prácticamente acompaño toda la vida profesional de Charles M. Schulz (1922-2000), quien se inspiró en sus vivencia en Minnesota para crear “Li’l Folks“ en 1947 para las ediciones de St. Paul Pioneer Press y posteriormente en Saturday Evening Post donde la tira sería (re)bautizada como “Peanuts”. Las aventuras de Snoopy, Charlie Brown y su pandilla han aparecido ininterrumpidamente en los periódicos estadounidenses y más de 75 países, desde 1950 hasta la muerte de su creador, Charles M. Schulz, en el año 2000.
Datos del Museo Schulz en California registran que han habido 17.987 tiras publicadas en más de 2.600 periódicos en 75 países, además, Peanuts se ha traducido oficialmente a más 21 idiomas.
En tanto que Snoopy la mascota de Charlie Brown, todo un icono de la cultura pop, acompaña las desventuras de su dueño a la distancia, dado que este peculiar canino se desprende de la trama principal de la película dando rienda suelta y alto vuelo a su imaginario: siendo el protagonista de sus propias aventuras piloteando su cucha voladora como el adversario del temible “barón rojo” quien aterrorizo los cielos de Europa durante la primera guerra mundial.
Su adaptación a la pantalla grande celebra aquella conquista de Charles Schulz que explora la siguiente idea: los padres y los profesores se expresan con el sonido de trombón, al que los personajes de Peanuts, no escuchan o se desentienden de un lenguaje que no es el propio. Una referencia directa a los especiales de TV “A Charlie Brown Christmas”, realizados por Schultz para la cadena CBS en 1965, galardonados con varios premios EMMY, entonces como en la actualidad las voces de Charlie Brown, Sally Brown, Peppermint Patty, Lucy van Pelt, Linus van Pelt, fueron y son interpretadas por niños reales.
El obstáculo decisivo de Snoopy & Charlie Brown es, sin duda, pasar de la forma breve, fragmentaria y autoconclusiva de la tira diaria a sostener la continuidad y peso argumental de un relato cinematográfico. Desafío que bajo la dirección de Steve Martino (Dr. Seuss’ Horton Hears a Who!, Ice Age 4), se resuelve hábilmente sin perder un ápice del encanto logrado por “Peanuts” desde hace 65 años, de modo que tanto las clásicas viñetas como la actual película resultan un alegre derrotero de ansiedades cotidianas compartidas por niños y adultos.