Infancia, divino tesoro
Era hora que los personajes creados por Charles M Schulz tuviesen una adaptación en la pantalla grande. Porque si bien la serie Peanuts tuvo muchas versiones televisivas y especiales festivos, que potenciaron el sincopismo y la disrupción de las tiras cómicas, no fue el caso de Snoopy que con Snoopy & Charlie Brown: Peanuts, la película (Penauts, The Movie, 2015) logra finalmente llegar al cine con su espíritu ácido y corrosivo, sin perder de vista al público infantil.
Si en las tiras cada uno de los personajes posee una función actante, aquí todas las miradas se volverán hacia Charlie, el incomprendido líder de la pandilla Penauts quien junto a su habilidoso perro Snoopy, intenta superar los obstáculos que a diario se le presentan.
En esta oportunidad, la historia se centra en los esforzados intentos de Charlie Brown por conquistar a una nueva vecina y compañera de la escuela, una enigmática pelirroja a quién intenta demostrarle que el torpe, atolondrado e inútil de su YO anterior quedará sepultado para siempre, pero ya sabemos que el pequeño niño calvo no podrá borrar de un día para otro sus antecedentes. Entonces el film se enfoca en cómo Charlie, ayudado por Snoopy, trata de armar planes para seducirla durante todo un año lectivo emprendiendo una tarea titánica como aprender pasos de baile, leer en un día “La Guerra y La Paz” de Tolstoi, o lo que surja en el momento para conquistarla.
Pero sin quererlo, un día su suerte inesperadamente cambia y se convierte en el centro de atención de todos. Sin revelar el porqué de este giro, esta suerte de deus ex machina que le sucede, no es otra cosa que un engaño que lo lleva a perder la atención de su enamorada.
Steve Martino dirige la película con el ritmo de las tiras, que desde hace más de 65 años entretienen a grandes y chicos de todo el mundo. La evocación al pasado, con un espíritu lúdico de lo retro (los chicos leen libros, escriben con lápiz y papel, utilizan teléfonos de tubo, cero tecnología) permiten que la animación -aunque incorpora técnicas modernas- mantenga su relato dentro del universo de Schulz.
Si Charlie sueña o piensa lo hace con trazos gráficos símil comic, si Snoopy piensa una de sus historias (que se intercalan en el relato) son sobre la Segunda Guerra Mundial y el amor por su novia Fifí, y si bailan al ritmo de la música lo hacen con temas de la década del 70, porque en el fondo tanto en la película como en la serie de historietas, Charlie es como un pequeño viejo, atribulado, pesimista, verborrágico, quedado en el tiempo, casi un pequeño Woody Allen que sigue apostando por sí mismo aspirando a ser mejor junto con sus amigos y su adorado perro.