Llega la nueva película de Oliver Stone basada en la vida de Edward Snowden, una de las figuras más controvertidas de los últimos años
En 2003 Snowden se unió al ejército norteamericano, con la intención de poder formar parte de las Fuerzas Especiales. Pero, después de un accidente y obligado a dejar el servicio acabó trabajando en la NSA (Agencia de Seguridad Nacional) y en la CIA. Con el tiempo, gracias a contar con datos privilegiados, Snowden filtró documentos que revelaron importante información sobre la NSA. Tras la publicación de estos archivos por la prensa de todo el mundo, se produjo un revuelo inmediato, ya que sacaban a la luz una trama de espionaje masivo por parte del gobierno de Estados Unidos, convirtiendo a Snowden en un traidor para su país.
Tras muchas películas fallidas, Oliver Stone recupera el pulso, y nos presenta un biopic muy bien narrado, plagado de intriga y tensión. Con un puntapié inicial en el año 2013, retratando la reunión de Snowden con un grupo de periodistas, el director nos lleva por un recorrido hacia el pasado del protagonista, un viaje que lo pinta de cuerpo entero, y que nunca es benevolente. Obviamente, la cinta tiene un contexto de denuncia, y si bien no es maniquea, deja muy en claro quienes, entre los malos, son "los más malos".
Gran labor de Joseph Gordon-Levitt, muy medido, que va transformándose en el avance de la trama y cada uno de sus cambios están sutilmente expuestos por el intérprete. Las dos horas y cuarto de metraje pueden resultar un tanto extensas, pero el interés por lo que sucede nunca decae, por el contrario, el clasicismo de la puesta colocan a esta propuesta como uno de los mejores thrillers políticos de los últimos tiempos.