Socios por accidente

Crítica de Alan Echeverría - Cinéfilo Club

¿Le gustó o no le gustó?

Fabián Forte y Nicanor Loreti reúnen a este dúo bastante particular que despierta curiosidad en las personas, de acuerdo a cómo podrían llegar a desempeñarse aquí en Socios por accidente, una propuesta simpática pero poco novedosa que le abre las puertas a toda la familia. Muchos se acercan a las salas movilizados por esa inquietud que les infiere el hecho de ver a ambos personajes en el protagónico; otros, por considerarse netos seguidores de Pedro Alfonso o del propio José María Listorti.
Antes que nada, remontémonos a los orígenes de cada uno. Listorti, locutor y humorista, ha sabido ocasionar, a lo largo de su carrera, sensaciones opuestas entre los fieles televidentes. Un tipo que ha suscitado carcajadas desde aquella degustación de bebida en supermercados en las épocas de Videomatch, sección que se denominaba “Jugo Loco”, en la que la gente probaba un sorbo de ese extracto de horrible sabor y, ante las caras asqueadas de los participantes, nuestro presentador lanzaba el famoso “¿le gustó o no le gustó?”. También se lo ha visto con elevados grados de desfachatez en cámaras ocultas a famosos, ya sea pronunciándose como un poeta o bailarín de poca monta, o sometiéndolos a situaciones hilarantemente vergonzantes. Pedro Alfonso, por otra parte, más contemporáneo, ha sido productor de Ideas del sur, siendo convocado al staff de Showmatch. Acercándose a la modelo Paula Chaves y tras el visto bueno de la mirada de Marcelo Tinelli, el joven oriundo de Mármol fue ganando terreno, hasta empezar a participar en certámenes de baile, dentro del show, denominados Bailando por un Sueño.
En Socios por accidente, una suerte de comedia de acción estilo “buddy movie”, la fórmula a base del dúo principal funciona con intermitencias. Mientras que “Peter” encarna a un agente de Interpol, José María interpreta a un traductor de lengua rusa que debe prestar sus servicios para una misión peligrosa.
El comienzo y los primeros cuarenta minutos poseen un ritmo afable. Quizás existan ciertas cuestiones previsibles y algunos gags que, de tan reiterativos, pierden un poco de fuerza, pero también vale destacar el timing de Listorti a la hora de arrojar determinados chascarrillos. El comediante opera como el componente de la proyección que mejores momentos saca a relucir. Los pasajes de humor quedan limitados esencialmente a su aporte, por lo que su presencia resulta determinante a la hora de conectar al espectador con los sucesos.
La trama, sencilla y no del todo elaborada, tiene sus altibajos, puesto que la película no busca ahondar demasiado en la profundidad del guión sino simplemente agradar a través de circunstancias amenas y llevaderas. La historia pierde energía aproximándose al tramo final, sufriendo un leve declive en escenarios como el de la selva, por citar un ejemplo. Con pros y contras, Socios por accidente es entretenida en líneas generales, redondeando una performance regular.

LO MEJOR: algunas instancias humorísticas, a cargo de Listorti. Pedro Alfonso cumple, a pesar de no poseer experiencia en el rubro.
LO PEOR: intermitente, previsible, poco novedosa.
PUNTAJE: 5,2