Desde Perdido por perdido (1993), su primer largometraje, Alberto Lecchi se sintió atraído por el género policial. ]En Sola contigo vuelve a esa senda y fija su mirada en María Teresa, una empresaria que conoció en Barcelona a Daniel, con quien se casó y tuvo dos hijas. Luego cayó en una profunda depresión y se divorció, tras lo que viaja a Buenos Aires, donde también están su ex marido y sus hijas. A pesar de su apariencia de mujer fuerte, María Teresa esconde una gran fragilidad que se rompe cuando una orden judicial la aleja de sus hijas. Concibe entonces un plan en el que cree hallar la única forma de redimirse, pero todo se complica cuando comienza a recibir constantes amenazas de muerte.
Hasta aquí el relato está correctamente concebido como un trhiller en el que abunda un clima sádico y misterioso, pero luego, y a partir de la aparición de un policía que investiga el pasado de la mujer (un buen trabajo de Leonardo Sbaraglia) la trama se vuelve bastante difícil de seguir. Lecchi pretendió sin duda relatar una anécdota llena de traiciones, de incomprensión, de mentiras, de sexo y de violencia, pero lo logró a medias, ya que lo que ocurre sobre el final deja abiertos varios interrogantes. A pesar de ellos, el realizador supo imponer a su guión la necesaria prolijidad para llevar adelante la historia. Sin duda, el trabajo de Ariadna Gil -que está en pantalla desde el principio al final de la trama- es sobresaliente por su mesura, por su indudable calidad y por ese aire de mujer torturada que lentamente llega al borde del abismo.