Alberto Lecchi además de dirigir algunas películas de género como “Perdido por Perdido” (Argentina, 1993) ó “Secretos Compartidos”(Argentina, 1998), tiene en su haber dos producciones televisivas como “Epitafios” (1 y 2) y “Mujeres Asesinas”, ciclos de quiebre en la manera de narrar y de empatizar con asesinos y desquiciados mentales.
En su regreso al cine, luego de la amena “El Frasco”(Argentina, 2008), Lecchi nos cuenta la historia de María Teresa (Ariadna Gil), una exitosa jefa de personal de una empresa dirigida por un CEO inescrupuloso (Antonio Birabent), a quien las cosas no le salieron tal como las había imaginado.
Sin poder ver a sus hijas (por una orden judicial) se entera que alguien la quiere asesinar. En el pasado, una noche en la que manejaba con alcohol de más, atropelló a una mujer embarazada y no se quedó para asistirla.
Las amenazas pueden provenir de ahí porque quizás alguien le quiere hacer pagar eso, o quizás su exmarido, que sigue al pie de la letra la restricción impuesta para dejarle ver a las niñas busque su muerte. Un día, por casualidad, conoce a Ezequiel (Gonzalo Valenzuela) y la espiral de tensión comienza cuando él desaparece.
Hay un policía que está investigando todo (Leonardo Sbaraglia) pero que además también empezará a acosar a María Teresa para obtener información. Si en “Mujeres Asesinas” el mundo femenino fue para el realizador algo cotidiano, en “Sola Contigo” ese imaginario regresa con una fuerza renovadora, encontrando en Ariadna Gil la intérprete ideal para ese papel de mujer depresiva a punto de morir.
El otro mundo, el de los hombres (policía/jefe/amante) está desdibujado, y lamentablemente a través de caricaturescos estereotipos no acabados. El personaje de Sbaraglia, Esteban Fuster, por ejemplo, es tan obvio como la hiperbolización que este mismo realizaba en “Vaquero”(Argentina, 2011) de todos los investigadores.
Valenzuela correcto y Birabent tan inexpresivo como suele acostumbrarnos al igual que otro papel, el de Florencia, la secretaria personal de María Teresa, interpretada por Sabrina Garciarena, que no está a la altura del suspenso creado por Lecchi.
Más allá de estas cuestiones relacionadas a lo actoral, hay un gran manejo de cámara (planos, encuadres, elección de escenarios urbanos), de composición y de puesta en escena, pero también de construcción de temas e imaginería.
La ayuda María Teresa la busca en la fe, en la religión, y la iglesia es el lugar en el que se intenta encontrar el respiro ante la espiral de violencia. La familia es otro de los valores que se logra reivindicar a través de los esfuerzos de la protagonista de verse con sus hijas. Ariadna Gil es la película, pero hay otros elementos que se destacan: la ciudad y la tecnología. Ambas, están omnipresentes a lo largo de todo el film.
Bar/museo/subte/calles/noche, elementos que acompañan a María Teresa en su búsqueda de paz y tranquilidad. La tecnología moderniza el relato, ya que, desde el comienzo, vemos una conversación que bien puede ser un chat en alguna red social. Película con climas y sensaciones interesantes, “Sola Contigo” es el relato de uno de los realizadores más especializados en el tema y que en el último tiempo mejor han sabido contar la paranoia en las urbes.
Una apuesta al cine de género con excelente facturación y una lograda actuación de Gil.