Midú Junco Producciones (de los saladillenses Fabio Junco y Julio Midú) coproducen con Cita con La Vida Emprendimientos Audiovisuales y la Fundación Criteria esta película que se presentó en 31° Festival Internacional de Mar del Plata y que se estrena el próximo 06 de abril en simultáneo en casi cien salas del todo el país. Oportunamente estrenada para el 35 aniversario de la Guerra de Malvinas.
Para llegar a esta versión 2016 de la Guerra de Malvinas que vimos aquí en Pinamar se podría repasar la lista de peliculas que tratan sobre el tema y conforman ya un bloque que, aunque variado, se podría diferenciar por épocas de producción, por lo tanto de puntos de vista colectivos. Mayormente, y tal vez como ningún arte lo ha hecho, el registro de esos filmes es de denuncia, parten de la mirada en los ex combatientes y ponen a la luz la situación desesperante de abandono y desidia por parte del Estado hacia esa categoría de conscriptos que fue enviada a luchar sin prepararlos ni física, ni psicológica ni profesionalmente.
El tema está largamente historiado y teorizado y no vamos a abundar pero sí mencionar algunas peliculas emblema: Los chicos de la guerra, (de Bebe Kamin, 1984), La deuda interna (Miguel Pereira, 1988), el corto Guarisove, los olvidados, de Bruno Stagnaro, dentro de Historias Breves I ; Malvinas, historia de traiciones, documental de Jorge Denti, de 1984 sería todo ese primer bloque relacionado con el comienzo de la democracia, obviamente focalizando el enojo de una sociedad que en buena parte aplaudió la invasión irracional de las islas. El Belgrano, historia de héroes, de Juan Pablo Roubio, 2007; el menos conocido film cordobés Cartas a Malvinas, de Rodrigo Tomás Fernández, del 2009; y el otro film que ilumina esa segunda etapa Iluminados por el fuego de Tristán Bauer; Locos de la bandera, de Julio Cardoso del 2005; Malvinas la lucha continúa, de Fernando Cola, produccion platense; Markarian 345 de 2005; el documental No tan nuestras, de Ramiro Longo; Operación Algeciras del 2005; Palabra por palabra, de Edgardo Cabeza del 2008; el corto La media medalla, de Marco Grossi ; Hundan al Belgrano de Federico Urioste; Malvinas viajes del centenario de Julio Cardoso, del 2010; Desobediencia debida de Victoria Reale; La campana de Freddy Torres (2011); Héroe corriente de Miguel Monforte, del 2014; El Héroe del Monte Dos Hermanas Rodrigo H. Vila 2011.
El acto heroico como acto individual es el que resalta la figura mítica de ese soldado anónimo que los ingleses llaman Peter y suele ser el primero que entierran en una guerra. La búsqueda de ese “Pedro” por parte de su hermana, convencida que es su propio hermano, funciona aquí como una motivación tardía que aparece hacia la mitad de la película: es decir, tras toda una primera parte que incluye una situación familiar, la partida de Juan al servicio militar obligatorio, la llegada a las Islas Malvinas, el comunicado de invasión, y los primeros combates; el título y la motivación van a aparecer en un momento que la película da un giro hacia algo que parece documental y que en realidad sigue siendo ficción. Unos años después, tampoco queda claro cuántos, Ana (la hermana) busca a Juan (el soldado en el que focaliza la enunciación de este film) y comienza una lucha personal en busca del honor del soldado desconocido. Además de ese cambio en el relato que supone también un giro narrativo inexplicable, hay una falla en ciertos registros de los actores, sobre todo en la segunda parte. Diferencia muy notable cuando aparece Hugo Arana que hace todavía más despareja la actuación de los más jóvenes.
Una cámara movediza, abundantes travellings que funcionan en un espacio generalmente panorámico sobre todo en la primera parte, buena reconstrucción de vestuario, ambientación y dirección de arte y buenos efectos especiales que en el cine argentino nunca es poca cosa. Pero a Soldado argentino, sólo conocido por Dios le falla cierto andar por las superficies que no aporta nada que no hayamos visto antes.