Soldado

Crítica de Maximiliano Curcio - Revista Cultural Siete Artes

Juan José González es un joven decide incorporarse al ejército, dispuesto a comenzar un nuevo camino. Tiene 19 años y lo hace para satisfacer los deseos de su madre. Allí le asignan el puesto de tambor en la banda militar. Su ritual en el regimiento consiste en combinar el entrenamiento propiamente militar con los ensayos musicales al mando del instrumento. También es una metáfora de la ejecución militar, porque las instrucciones rígidas y las reglas para efectuar el instrumento de determinada manera, remiten al ritual del ejército.

De manera que, su nueva rutina diaria combina entrenamiento de guerra con ensayos musicales. Allí, el tratamiento visual y sonoro nos ofrece una puesta en escena precisa, cuyo uso de planos, angulaciones y contraste en fuera de campo refuerzan el formalismo de esta mirada cinematográfica. El ejército argentino, una institución de tradición corrupta hoy es observada por el ojo público con pasiva inactividad y cuestionable autoridad. A lo largo de los últimos 35 años de democracia y aun manchada por sucesos condenables, la reputación del ejército nada tiene que ver hoy día con conflictos armados ni sangrientas dictaduras.

El cine argentino está plagado de representaciones del Ejército que formó parte de la última dictadura militar, un tema que agotó su tránsito en nuestro cine, volviéndose cada vez más y más reiterativo. Sin embargo, el retrato que elige contar Manuel Abramovich es una historia particular y pequeña, acerca de la condición humana. Y como experiencia cinematográfica, no entrega al público todas las respuestas, sino las herramientas propias del lenguaje dispuestas para generar una subjetiva reconstrucción.

Premio FIPRESCI en el Festival de Mar del Plata de 2017, “Soldado” combina escenas más observacionales, con otras de recreación ficcional, poniendo empeño en la potencia pura de la imagen.El director se plantea como objetivo un retrato neutro y seco, una radiografía de un soldado inmutable, inserto en una rutina inalterable y mecánica. Será tarea del espectador completar el sentido del documental con su propia interpretación, cuando el tema en cuestión invita a hacernos interrogantes acerca de un elemento tan sensible en la fibra social de nuestro pueblo.