Cuenta la historia de María Soledad Rosas, la joven argentina de 23 años cuyo suicidio la convirtió en un ícono del movimiento anarquista italiano. Perteneciente a una familia de clase media, Soledad Rosas no parecía muy cómoda con las convenciones de su entorno; pero sería el viaje que emprendió a Europa a mediados de 1997 el que la apartaría definitivamente del mandato familiar y signaría su vida para siempre.