Sin despeinarse. Así se podría definir la realización de “¿Sólo amigos?” En términos futboleros podría ser “de taquito”, pero aunque suena a lograr fácilmente lo complejo también puede interpretarse como algo sin demasiado vuelo o que se hizo sin mucho esfuerzo. Que el título tenga un signo de pregunta de tono picaronamente inquisidor ya anticipa casi todo. Si al menos hubiera más gente en el afiche se podría dejar algo librado a la intriga, pero hay dos nomás. Daniel Radcliffe, intentando hacerle olvidar al público sus doce años como Harry Potter, y Zoe Kazan, aquella destacada actriz de “Ruby, la chica de mis sueños” (2012).
Como casi siempre, las comedias románticas obedecen a la constante necesidad de perpetuar en el tiempo la idea de que las almas gemelas están destinadas a encontrarse e inevitablemente enamorarse. También para ratificar la veracidad de que los opuestos se atraen, el amor todo lo puede, nunca es tarde para el amor, y otros axiomas fundamentales.
No es la excepción ésta producción que narra la historia de Wallace y la simpática Chantry, encarnados por la dupla anteriormente mencionada. Él viene con el corazón destrozado, luego de haber comprobado la razón del crecimiento de las protuberancias puntiagudas que emergen de su frente provocadas por su ahora ex-novia. Ella se disculpa por teléfono, pero ya es tarde. Al bajar del techo en el que lo vemos al comienzo y volver a la fiesta que se desarrollaba más abajo, conoce a la muchacha en cuestión en el primero de los tantos diálogos filosos, ocurrentes y graciosos que mantendrán a lo largo de esta historia. No faltará oportunidad para que, tanto de un lado como del otro, haya una diferencia en lo que sienten. Básicamente ella está en pareja bastante estable, y él no anda escéptico respecto de las mujeres en general. Lo cierto es que para cuando Wallace admite estar hasta las manos con su nueva amiga, ésta le propone ser amigos y nada más que eso.
Sin ninguna intención de originalidad, ni el en guión de Elan Mastai ni en la dirección de Michael Dowse, “¿Sólo amigos?” se apoya en la química entre los actores. Lo bien que hace porque ambos funcionan como un relojito. Como si hubieran hecho cientos de funciones de la obra de teatro en la cual se basa la película. Adicionalmente, el resto del elenco construye muy bien las subtramas de apoyo. En especial Adam Driver y Mackenzie Davis, cuya relación funciona en el sentido opuesto al de los protagónicos ayudándolos a contrastar mejor.
La selección musical le da frescura a algunos pasajes del relato y también a un ritmo narrativo que en general no decae ni decepciona. Habrá que ver cómo anda en términos de convocatoria por la presencia de Radcliffe. Por suerte el producto cumple con los seguidores del género y no depende de la estrella para lograr entretener.