Cuando Wallace (Daniel Radcliffe) conoce a Chantry (Zoe Kazan) en una fiesta, en la que no quería estar porque aún no logra superar la separación de su última pareja, cree que finalmente su suerte puede cambiar.
Pero no. Porque en "Solo amigos" (Canada, 2013), de Mike Dowse, si el cambio se hubiese logrado el periplo amoroso entre ambos solo hubiese modificado una estructura que no podría contenerlos y que sólo en el transcurso de la narración termina de cerrar un círculo casi perfecto entre ambos.
Con varios puntos en común con "500 días con ella" y una idea descontracturada sobre el significado de los filmes románticos (el bagaje está presente en cada frase y diálogo de la película), la cinta suma, para potenciar la trama, elementos de realismo mágico y animación.
El pesimismo de Wallace (Radcliffe) se contrapone al optimismo de Chantry (Kazan) y entre ambos se construye una historia de idas y venidas amorosas con afirmaciones que construyen un universo personal y particularísimo en el que los detalles forjarán el sentido necesario para sostener la acción de esta comedia.
Café/vino/caminatas/charlas/dibujos van conformando la cosmogenia sobre la que la pareja de “amigos” irán relacionándose, muy a pesar de Wallace, flechado por la joven pero que respeta a regañadientes el espacio y lugar de amigo que Chantry le asignó, imposibilitándole alguna esperanza de relacionarse de otra manera con ella.
De perdedor que asume algo que no acepta, Radcliffe compone con grandeza el papel que Dowse le otorga y logra, una vez más, superar el estereotipo con grandes dosis de histrionismo (en “La dama de negro” también pudo hacerlo) generando identificación y empatía con su actuación.
En esto de “resignarse” de Wallace obviamente no habrá mucho tiempo ni lugar que pase sin que intente, muy a su pesar suyo, transgredir el pedido de Chantry, por lo que la acción de la cinta se complicará cuando asuma su rol activo como “conquistador” de la joven y la siga hasta donde ella vaya para confesarle su amor.
“Solo amigos” responde a un nuevo esquema de comedia romántica en el que es más importante el cómo se dice algo que aquello que se dice, explorando algunos puntos relacionados a hábitos o costumbres de los protagonistas que más tienen que ver con consumos y gustos personales (frituras, el sándwich perfecto) pero que afirman la personalidad de los personajes.
En este esquema es importante el carisma y la interpretación de sus protagonistas, y si bien, volviendo a comparar con “500 días…” Radcliffe y Kazan no son Gordon Levitt y Deschanel, responden con oficio a la idea de estos amigos que sin decirse lo que realmente sienten van armando una red de detalles que los mantiene unidos sin acercarse sexualmente. Simpática y entretenida.