Más allá del fracaso, se debe reconocer el riesgo asumido. Solo el Amor es un buen ejemplo de algo que quiso ser, pero no pudo. Se arriesga a ser algo más, se pretende una comedia romántica propia del cine norteamericano, y tacha varias casillas de elementos trillados que se presume un proyecto del estilo debe tener. No lo logra y de hecho tiene varios problemas groseros, pero uno puede valorar el intento.