Amor vampiro con neuronas
"Only lovers left alive" es una película independiente del cineasta Jim Jarmusch ("Dead Man", "Broken Flowers") que llega a nuestras salas dos años después de su realización y con una cantidad de pantallas muy limitada.
La película aborda la bastardeada temática vampira, pero lo hace con visión, realismo y una vuelta de tuerca que nos permite darnos cuenta que cualquier temática o sub género en el cine puede ser bueno si el tratamiento que tiene es serio y con ideas originales. Dicho esto, resulta inevitable hacer la comparación con lo último que hemos visto sobre amor vampiro en la gran pantalla, "Crepúsculo", saga que parece aún más banal y vacía cuando la ponemos al lado de un trabajo como este.
Se podría decir que "Only lovers left alive" es una historia de amor vampiro pero con neuronas.
Jarmusch nos cuenta la historia de Adam y Eve, interpretados por Tom Hiddleston y Tilda Swinton, dos amantes vampiros centenarios que sobreviven en estos tiempos revoltosos, en los que parece que la humanidad está más determinada en acabar con su mundo que en mejorarlo. Nos llaman "zombies", para que se den una idea. Los que vagamos por la Tierra destruyéndola. ¿Mensaje ambientalista de fondo? Sí, claro.
Ambos tienen personalidades opuestas pero complementarias, se aman pero viven separados, están enfocados en las cosas simples pero importantes de la vida. Son bastante raros para la lógica social, algo que interpreto es consecuencia de haber vivido tantos años y haber pasado por demasiadas experiencias, buenas y malas. En este sentido Jarmusch nos regala varios guiños, como por ejemplo un vampiro llamado Marlowe (John Hurt) que vendría a ser en realidad quien escribió las famosas obras de Shakespeare.
La película es un híbrido de drama/comedia existencial, que se centra en el amor que se tienen los protagonistas y cómo este los mantiene vivos a pesar de las adversidades, como por ejemplo la escasez de sangre pura y sana para alimentarse que es muy difícil de conseguir sin tener que dañar a los seres humanos, o la severa depresión que sufre Adam al ver que nosotros, los "zombies", no hemos aprendido mucho y vamos rumbo a nuestra lenta pero segura extinción.
Es una peli melancólica, oscura y un tanto lenta, que se toma su tiempo para mostrarnos detalles cinematográficos que hacen al arte de la misma. La secuencia del inicio con los planos cenitales de los protagonistas girando al ritmo de un vinilo es muy buena. La musicalización también es virtuosa, con sonidos de White Hills, Black Rebel Motorcycle Club y Yasmine Hamdan entre otros. Los aspectos cinematográficos son realmente exquisitos, aunque Jarmusch podría haberle puesto un poquito más de ritmo a la trama.
Un film independiente que surfea por reflexiones existenciales con el atractivo de ofrecernos como protagonistas vampiros románticos en el siglo XXI, no románticos cursis como los de "Crepúsculo", sino vampiros más realistas, enigmáticos y copados que te van a hacer querer ver más historias de este tipo en el cine.