Más tormenta que días de playa
Esta co-producción argentino-española, dirigida por el madrileño Roberto Santiago, se inscribe dentro de la comedia de enredos a partir de una serie de equívocos y engaños que proponen los personajes.
Sólo para dos está ambientada en un lujoso resort de Isla Margarita que regentean Valentina (Martina Gusmán) y Gonzalo (Santi Millán), un matrimonio que en su décimo aniversario de casados está atravesando una profunda crisis. La trama incluye además a Tania (María Nela Sinisterra), una infartante mulata que le hace perder la cabeza al protagonista y a un nuevo contingente de turistas entre el que se encuenta un argentino (Nicolás Cabré) peleado con su mujer en plena luna de miel.
Entre situaciones de alcoba, celos, romances en plena playa con la luz de la luna de fondo y una mezcla de acentos y culturas, el film intenta por todos los medios despertar la risa del espectador, pero sólo lo consigue en contadas ocasiones. En la película todo suena a algo ya muy visto -y con mejores resultados en anteriores ocasiones-, como por ejemplo, la escena de la "mujer" oculta en el placard de la habitación cuando regresa la esposa de Cabré. La historia amenaza con un clima de efervescencia caribeña que nunca llega.
En ese sentido, el film recuerda a la también fallida comedia nacional Amor a mares, estrenada el año pasado y ambientada a bordo de un crucero. Los toques más melodramáticos o la llegada de la tormenta no hacen más que confirmar que los personajes quedan a la deriva en medio de una insulsa trama que nunca logra crecer en intensidad y, mucho menos, en situaciones hilarantes. Aún así Cabré se lleva los mejores momentos y sabe qué recursos utilizar para captar a su público. El resto, incluída una buena actriz como Martina Gusmán, juegan con un registro que no conduce a aguas ni tan cálidas ni tan cristalinas.