Exclusivo para parejas (en discordia)
El tradicional género de la comedia parece estar desarrollando un subgénero nuevo: la comedia turística. Se trata de comedias de enredos, pero situadas en ambientes donde los personajes se concentran con la excusa de pasar unos días libres, y eso genera las confusiones, idas y venidas, y las esperadas situaciones graciosas. En general, los productores aprovechan para promocionar algún lugar o emprendimiento del rubro del turismo, y la historia que se cuenta queda por ende absolutamente desvirtuada.
Algo así sucede en “Sólo para Dos”. Gonzalo (Santi Millán) y Valentina (Martina Gusmán) son el matrimonio a cargo del resort de ese nombre, exclusivo para parejas en la isla Margarita, en Venezuela. Se encuentran en pleno conflicto conyugal, pero ella decide soportar una semana más, ya que llega el nuevo grupo de huéspedes. Entre los recién llegados se encuentran otras parejas, y lo extraordinario: un hombre solo, Miguel (Nicolás Cabré) abandonado por su flamante esposa.
La historia gira entonces alrededor de los conflictos de cada personaje y su relación personal, buscando vericuetos donde las mentiras y los enojos generen la risa que se supone que la película debe tener. Sin embargo, la falta de empatía de los personajes, y la repetición de las situaciones logran lo contrario: terminan por cansar al espectador, que si en un principio esbozó una risa, a medida que avanza el filme reirá cada vez menos.
Martina Gusmán ha probado ser buena actriz en otros filmes, pero no se haya en el tono de la comedia. Su personaje se torna muy melodramático, quejoso, y en ella se percibe una rigidez que resulta muy negativa para el registro de este género. Todo lo contrario sucede con Cabré, que se mueve como pez en el agua en estas cosas, interpretando a un chanta mujeriego penando, aunque no del todo afligido, por el abandono de su mujer. Otro actor que soporta bien el tono de comedia es Antonio Garrido, en el papel de Jairo, un exitoso cantante que lleva vida de playboy y asiste al lugar con su nueva pareja.
Muchas vueltas sobre lo mismo, pocas situaciones de risa, y una historia con bases tan firmes como la arena de la playa en la que se desarrollan. Una comedia prescindible más.