Concebida como un producto llevadero dirigido, como reza su título, a mujeres y hombres vinculados afectivamente, esta comedia norteamericana cumple en ese aspecto con su módico cometido. El problema es que Solo para parejas no aprovecha consistentemente su buena idea global, que progresa con escasas dosis de audacia e inventiva. Con esta comedia sentimental o farsa romántico-sexual, debuta como director el actor Peter Billingsley, que cuenta con un guión en el que también intervienen los protagonistas Vince Vaughn y Jon Favreau (que está desarrollando una gran carrera paralela como director con Zathura, Iron Man y su secuela). Y en este campo Vaughn se reserva los mejores pasajes, a tal punto que por momentos sus líneas parecen corresponder a un stand up. La película se inicia con unos logrados créditos para luego enfocar situaciones apenas graciosas de cuatro parejas en sus vicisitudes cotidianas. Ante la crisis de una de ellas, todos los personajes emprenderán un viaje a un entorno vacacional paradisíaco que presenta reglas casi dictatoriales. Con toques paródicos acerca de las terapias y tratamientos new age, el film entretiene sin brillar ni en sus alternativas ni en su sentido del humor. Ni siquiera el gurú a cargo de Jean Reno aporta demasiados matices divertidos.