Luego de triunfar en la televisión, Katherine Heigl incursionó en el cine demostrando que el carisma y la dulzura que le brindaba a cada uno de sus personajes eran las características que más se destacaban de su trabajo ("Knocked Up", es el principal ejemplo). Sus últimas participaciones, a causa de guiones poco interesantes, se alejaron de dichas cualidades, encarnando versiones repetidas de sus papeles una y otra vez ("Killers", "Life as we Know it" y "New Year's Eve", entran en ese grupo). En esta oportunidad, vuelve a carecer del brillo de sus primeras películas y protagoniza una historia poco graciosa, lenta y previsible.