Eficaz acción a la criolla, ycon elenco internacional
Grata sorpresa: una comedia de acción en nuestro cine, y además con buen ritmo, ingenio, efectos, elenco destacado (Lanzani-Lopilato-Brandoni vs Depardieu-Santiago Segura-Silva, etc.) y además unos homenajes confesos, bien aplicados, a "Las locas aventuras del rabí Jacob", "Testigo en peligro" y otras glorias de ayer y de siempre. Y no es tanto para chicos, que quizá no capten algunas cosas, aunque seguramente no les molestará ver a la China Suárez corriendo por la calle vestida tan solo con blusa blanca y portaligas. Sobre todo si es una escena de tiros.
La historia funciona bien. Por una circunstancia azarosa, un pícaro se convierte en testigo de un crimen mafioso, principal sospechoso del mismo, y custodio de un secreto comercial. Para huir de sus perseguidores, se disfraza de judío ortodoxo. Con un hermano cura. Los judíos lo miran raro. Los mafiosos y la cana le pisan los talones. A eso se suman los neonazis y hasta las palomas, con las que tiene un trauma poco claro. Bueno, acá hay unos hilos sueltos, pero todo transcurre con tanta agilidad y gracia amable que el espectador no llega a notarlos, y si los advierte no llega a anotarlos, o no les da importancia.
Lo importante es el buen rato, la buena factura, y el gusto de ver cine comercial argentino bien hecho. Concedamos: argentino-español. Pero los coproductores, los guionistas, el grueso del elenco (no nos referimos a Depardieu) y el director son de este lado. Fernando Cueva debuta acá como director, pero atención: ya lleva años como experto coordinador de FX y director de escenas de acción en films de Bielinsky, Trapero, Alex de la Iglesia, Segura, etcétera. Pensar que empezó como doble de riesgo en las películas de los Extermineitors.