Esta producción nacional está encabezada por un elenco de reconocidas figuras locales, más dos reconocidas figuras internacionales de la talla de Gerard Depardieu y Santiago Segura. Por otra parte, tenemos el debut en la dirección de Federico Cueva, profesional de amplia trayectoria en el terreno de los efectos especiales y la coordinación de dobles de riesgo.
En otras palabras, Sólo se Vive una Vez es una propuesta de enorme promesa, sobre todo por ser una comedia de acción en tiempos donde estas apuestas adquieren cada vez más frecuencia en el cine nacional.
Barba, tirame un centro:
Leo (Peter Lanzani) es un estafador de poca monta quien, en complicidad con una amiga suya, atrae a gente rica para filmarlos en actos comprometedores. Una de estas víctimas resulta ser un científico que es acorralado por un empresario francés con el objetivo de sacarle la patente de una fórmula.
Cuando el científico es ejecutado, Leo se convierte en el único testigo. Teniendo en su poder la fórmula, deberá huir de las hordas de sicarios que enviarán detrás de él para quitársela. La situación se complica cuando la persecución termina conduciéndolo a una sinagoga donde tendrá que hacerse pasar por un judío ortodoxo hasta que pase el alboroto.
A desconectar el cerebro:
En materia humor, la película tiene aciertos y desaciertos; hay escenas que te sacan una risa y escenas que no. Respecto al guión como un todo, ya es una cuestión más pantanosa.
Hay ciertas inverosimilitudes que son el pan y la manteca del cine de acción, pero este guión no reconoce la diferencia entre lo admisible y lo imperdonable. Es cierto, no todo tiene que ser realista y es también cierto que la imaginación ha producido cosas mil veces más interesantes que la sobriedad y el realismo. No obstante, hay un mundo de diferencia entre el “no tomarse a sí mismo en serio” como una motivación y el utilizarlo como una excusa.
Por otro lado, la inverosimilitud no es el único problema de esta película. Hay sendas incoherencias en el desarrollo de los personajes, el arco que cubren y sobre todo su historia previa. Si tengo que destacar un ejemplo puntual, diría que el protagonista se nos presenta como un chupacirios y entrado el segundo acto esta característica vuela por la ventana.
Respecto al tratamiento de la cuestión religiosa, que es la novedad que viene a ofrecer esta película, debo decir que tienen la oportunidad en bandeja de plata de tratar el tema de la culpa, visto con frecuencia en las religiones judía y católica, y no la aprovechan. Sobre todo cuando el humor judío se caracteriza por su acidez y mordacidad. Nada de eso está en esta película. Es más, estoy esperando con ansias la opinión de los miembros de la colectividad judía (en particular los más ortodoxos) sobre el cómo fueron retratados.
En cuanto a lo técnico, Sólo se Vive una Vez goza de una eficiente fotografía y un montaje que responde con acierto al pulso de las escenas, sean de acción o no. La única contra que le encuentro son ciertos inconvenientes con algunos (no todos) los tiroteos de la película, donde salta a la vista su procedencia digital. Todas las escenas filmadas con efectos prácticos y dobles de riesgo están bastante bien logradas, como corresponde a la labor de alguien como Federico Cueva, de extensa experiencia en este campo (realizó efectos especiales en telenovelas, algunas de las sagas de Torrente y películas como Nieve Negra e Iluminados por el Fuego).
Por otro lado, me animo a decir también que es un prolijo director de actores. Si bien no será un Sam Mendes o un Mike Nichols, puede verse que el trabajo actoral, las interacciones y las relaciones son el producto de una cuidada labor previa, a pesar de los diálogos con los que le toca trabajar.
Todos y cada uno de los interpretes de Sólo se Vive una Vez entregan labores dignas, creíbles y a la altura del desafío. Compromiso y profesionalismo, ni más ni menos. No obstante, de todo este plantel destaco el protagónico de Peter Lanzani, que prueba tener el carisma, el sentido del humor y la carnadura dramática para encabezar una película solo.
Conclusión:
Si buscan una película para distenderse y no fijarse en nimiedades, Sólo se Vive una Vez puede ser pasable. Pero si son espectadores un poco más exigentes, les advierto que suban bajo su propio riesgo, porque puede ser una de esas películas que les puede despertar enojo.
El Cine Argentino, el de género en particular, cuesta mucho trabajo. No obstante, tampoco se puede, por coacción o lástima, decir que una narración es sólida cuando no la es. El espectador actual tiene otras exigencias y muchas maneras de expresarlas. Son sus opiniones las que, a la postre, ponen a las películas en su justo lugar.