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Con la ayuda de la red, Russell Crowe arma un plan para sacar a su esposa de la cárcel en este thriller de Paul Haggis.
Si uno se toma más o menos en serio lo que sucede en Sólo tres días , la película es prácticamente absurda. Ahora bien, si uno se la toma ligeramente, como si fuera fantasía pura, el asunto puede llegar a ser un poco más entretenido. El problema aquí es que Paul Haggis, su director y guionista, parece tomárselo todo muy, muy seriamente, con lo cual el asunto, en vez de tornarse intenso, se vuelve involuntariamente divertido.
Uno podría pensar que, más allá de ser un thriller acerca de un hombre que arma un muy complejo plan para sacar a su esposa de la prisión, Sólo tres días es una película acerca de cómo se puede aprender todo por Internet. Es que John (Russell Crowe, serio y compenetrado), un maestro de escuela algo timorato que enseña Don Quijote a sus alumnos (anoten metáforas en un papel), cansado de intentar sacar legalmente a su esposa Lara (Elizabeth Banks, afeada) de la cárcel (fue apresada supuestamente de manera injusta por haber matado a su jefa) no tendrá mejor idea que liberarla por su cuenta.
Y para eso, bueno, están Google y YouTube, que enseñan a truchear reportes médicos y a armar llaves multiuso, y hasta uno puede averiguar dónde conseguir pasaportes falsos y comprar armas y cosas así. De golpe, nuestro héroe anda metido entre gángsters mientras cuida al hijo de ambos, sigue dando clases en el colegio y visitando a su esposa, que ni enterada está de lo que trama.
Sólo tres días podría haber sido una mejor película si Haggis la hacía con un espíritu más hitchcockiano, cercano a James Bond (es guionista de las últimas dos) o a Jason Bourne. Pero aquí, el director de Crash está queriéndonos decir algo supuestamente importante (no se sabe muy bien qué, de cualquier manera) y pretende que nos creamos las desventuras del tal John al pie de la letra.
Más allá de ese tono sombrío, varias escenas (y un buen grupo de actores secundarios) salvan a la película del papelón, especialmente la primera (una charla/pelea de antología), la secuencia en la que John prueba una llave falsa en la cárcel y, fundamentalmente, la última media hora, cuando el plan se pone en marcha. Allí aparece la película que Sólo tres días podría haber sido y se disfruta. Sólo que ya pasaron dos días y medio…