El director Paul Haggis, quien fuera el responsable máximo de “Vidas Cruzadas” (2004), ganadora del Oscar en el 2005 por un muy buen film coral, donde narraba varias historias entrecruzadas.
Aquí se mete de lleno en una historia unipersonal, no importa si al personaje principal lo acompañan en la pantalla la mujer, los padres, el hijo, la vecinita insinuante, el policía rudo, el amable, muchos malos y muchos buenos.
Estamos hablando de John Brennan (Russell Crowe) el personaje actante, o sea el que lleva adelante las acciones, el héroe, el motivado, que en este caso es un hombre común, profesor de literatura de una escuela secundaria, envuelto en una situación extraordinaria.
Su vida transita apacible junto a su esposa Lara (Elizabeth Banks) y el hijo de ambos.
Una mañana como cualquier otra, la policía irrumpe en el hogar, ella es acusada de asesinar a su jefa, con la que el día anterior habían discutido acaloradamente.
Ella es encontrada culpable. Los elementos probatorios expuestos en la causa aparecen como irrefutables. Sentenciada a muchos años de prisión, el único que la sigue creyendo inocente es su apasionado esposo. Abandonado literalmente por su familia y sus amigos, su vida hace un giro de 180º.
Elipsis temporal mediante, nos encontramos tres años más tarde, que es cuando John se entera que su esposa será transferida dentro de tres días a otra prisión, lejos de la ciudad donde ahora vive solo con su hijo.
Él tiene ese tiempo, tres jornadas, para llevar adelante, ahora aceleradamente, una empresa herculiana, preparar y ejecutar la fuga de su mujer. Para ellos contara con la inefable ayuda de algunos personajes pertenecientes al bajo mundo, ex-convictos, vendedores de armas dentro del mercado negro y, por supuesto, como no podía ser de otra manera, en los tiempos que corren, el arma más poderosa de la actualidad: el INTERNET.
Allí aprenderá todo lo necesario para logra su objetivo, desde como hacer una llave maestra, pasando por como distraer a la policía respecto de lugares de fuga, o el transito, hasta producir un caos cibernético inusual.
El mayor problema del filme es que siendo un remake del filme francés “Pour Elle” (2008), de Fred Cavayé, que tenia determinados elementos, datos que la hacían no sólo creíble, sino que además, desde la estructura del relato, el espectador sabía cosas desde un principio, en el caso de “Sólo 3 días” esos datos son retaceados con el único propósito de manipular al espectador.
Situación para nada gravosa si sólo quedará allí. La realización está construida desde dos variables, por momentos parece un drama familiar, y en otros, sobre todo en la segunda mitad, se quiere instalar como una producción de suspenso, pero todo es tan inverosímil que mueve más a tomarlo como un mal chiste que en el orden de la seriedad que propugna pero que no demuestra.
En relación a los rubros técnicos nada se descubriría que la corrección es su más firme valoración, al igual que las actuaciones, donde Elizabeth Banks, la esposa que transita por varios estados anímicos y mascaras, Brian Dennehy, en el rol del padre de John escéptico, distante, hasta finalmente incondicional de su hijo, y Liam Neeson, en el papel de un ex convicto devenido en escritor, se llevan los mejores lauros.
Poco, demasiado poco, para lo que prometía, por lo menos desde el afiche y los responsables.