Al lado de Vidas cruzadas (película que le valió a Paul Haggis el Oscar y una merecida comparación con el canalla mexicano Alejandro González Iñárritu), esta remake del film francés Pour elle es casi bressoniana. Más allá de la boutade, al menos se trata de un thriller lineal que -a pesar de su carga trascendente y su dilema moral- trabaja con bastante dignidad el suspenso e incluso no descuida la acción en su mitad final.
Claro que durante sus más de dos horas, el film resulta un poco tortuoso en la cantidad de derivaciones, subtemas y detalles que proporciona, todas trabajadas con demasiada solemnidad y sin respiro. Russell Crowe es un hombre común, un simple maestro de escuela que se sumerge en el submundo de Pittsburgh para -no adelantaremos nada más- sobrellevar la ¿injusta? condena de su esposa (Elizabet Banks), acusada de asesinar a una mujer. Mientras cría sólo a su hijo hará de todo para cambiar su situación. Tensa y ambigua, pero por momentos decididamente inverosímil, se queda a mitad de camino entre la solidez formal del thriller y la emoción del melodrama familiar.