Con un excelente Colin Firth
Década del sesenta. George Falconer (Colin Firth) es un profesor de literatura en el área escolar de Los Ángeles. Es un hombre atormentado por los recuerdos de su pareja (Matthew Goode), muerto en un accidente automovilístico. George ha tenido una vida ordenada, meticulosa y decide planificar su suicidio. Pero se topa con algunos personajes que lo harán cambiar de decisión.
"Hay toda clase de minorías. El miedo es la causa de las persecuciones a esas minorías", explica durante una clase. Sin decir nada, intenta decirlo todo, ante la mirada de un joven alumno (Nicholas Hoult) que le presta mayor atención.
El film de Tom Ford, un diseñador de modas devenido en realizador, es rico en detalles, en la reconstrucción de época. Su trabajo es minucioso como el personaje que retrata. Sin golpes bajos, Ford sigue los difíciles pasos del profesor y el encuentro con su amiga (Julianne Moore), haciendo que el pasado golpee en un presente incierto y plagado de miedos. También recurre al estilo engominado de James Dean como ideal de belleza (el encuentro del protagonista con un muchacho madrileño) y a los paneos de vestidos de la época.
El medido accionar de George en relación al mundo que lo rodea se transmite gracias al trabajo impecable de Colin Firth (fue nominado al Oscar en el rubro mejor actuación), alejado de las comedias que lo hicieron famoso y le dieron prestigio.