Nada es lo que parece ser
En Solo (2013) Marcelo Briem Stamm, codirector junto a Marco Berger del díptico Tensión Sexual. Volúmen 1: Volátil (2012) y Tensión Sexual: Violetas (2013) y de la nunca estrenada Porno de autor (2009), construye un solvente thriller erótico gay en donde lo más interesante resulta ser la vuelta de tuerca de una historia en donde no todo es lo que parece.
Manuel está en su casa y conoce a Julio a través de una sección de chat. Se encuentran en una esquina y regresan a la casa de Manu para tener una noche de sexo. Pero a medida que pasan los minutos ambos se confesarán los secretos más íntimos y mejores guardados. De esta manera se irá generando una complicidad que pondrá al espectador en un estado de desconfianza permanente ante la posibilidad de que todo sea una trampa y el más fuerte esté engañando al más vulnerable.
A pesar de sus recursos televisivos, como el abuso del plano y contraplano, Solo es una película con más virtudes que fallas, algo no muy común en producciones de bajos presupuestos y realizadas en muchos de los casos con más garra que recursos económicos y técnicos. Esos logros están puestos en la construcción de un guión atrapante que despista al espectador de manera continua. Lo que empieza como una comedia romántica devendrá en un thriller erótico casi en un abrir y cerrar de ojos, para concluir en un drama pasional con tintes policíacos. Por razones del suspense que propone la historia no conviene develar demasiado acerca de su trama ni las vueltas de tuerca que Marcelo Briem Stamm le imprime, sobre todo en la última media hora donde todo se invierte.
Otros de los puntos interesantes es el trabajo actoral. Tanto Patricio Ramos como Mario Verón, dos caras desconocidas en el cine, les brindan a sus personajes la inocencia y el cinismo necesario para descolocar al espectador ante las verdaderas intenciones. Dos actores que ponen el cuerpo en cada escena y cuando decimos el cuerpo es literalmente el cuerpo. Escenas de fuerte contenido sexual no muy habituales en el cine nacional más abocado a la sugerencia que a lo explícito.
Solo no es solo -valga la redundancia- una película de temática gay de esas cuya finalidad es convocar a un sector social específico. Aunque eso no está mal que así sea, Solo tiene otras virtudes por las que vale la pena echarle un vistazo fuera cual fuera la elección sexual de cada uno. Mucho más que una película de temática gay y que un simple thriller erótico,