El ojo que crea
Sombras de la luz (2018), documental de Daniel Henriquez, se propone la interesante tarea de seguir el proceso creativo de un artista, en este caso, de un fotógrafo. A través de un compendio de entrevistas y fotos, nos adentráramos en un álbum fotográfico que nos cuenta no solo la vida del autor, sino también la crisis actual para continuar su trabajo. Una atractiva idea sobre el seguimiento y la construcción de un archivo.
El prestigioso fotógrafo Carlos Bosch atraviesa una crisis creativa de la cual parece no encontrar salida. Alejado del fotoperiodismo, busca representar sus sensaciones actuales, pero no solo le interesa fotografiar sino que indaga, busca y discute como siempre lo ha hecho, como un cazador de historias. Pero al encontrar el camino, se da cuenta que todo tiene más aristas. A través de las entrevistas de sus colegas, se conocerá su trabajo del pasado y actual, que va desde archivos de eventos extraordinarios hasta elementos sobre la violencia del siglo XX. El artista pensando sobre su creación.
Es indudable que el documental a la vez de ser sobre la impronta figura de su protagonista, también es una discusión, un debate sobre la imagen fotográfica -el hecho de robar una imagen-. Se habla sobre los soportes, formatos y fines en sí mismo. Por ejemplo, se plantea la gran diferencia entre el fotoperiodismo que es inmediato y efímero, y la foto gráfica, donde se inmiscuye el método de creación y el rol del fotógrafo como comunicador.
Del mismo modo resulta muy enriquecedora la reflexión acerca de la creación. El dónde colocar la cámara en cada momento a ser fotografiado. Una especie de búsqueda autoral. Una idea muy romántica y atractiva, pues Sombras de la luz intenta ser también un interesante tratado sobre el “ser fotógrafo”, una profesión que tiene como mayor virtud el trabajo con la imagen. Por ello aprovecha el silencio entre las fotos, para que éstas hablen por si solas, y que podamos ver a los fotógrafos creando, discutiendo, y sobre todo, desanimándose y alentándose sobre su propio trabajo: lo mejor que posee la película.