Ajá. He aquí el nuevo film de Sofía Cóppola, esta vez protagonizado por el ex-vampiro (The Deacon) y ex-"beatle" (Stuart Sutcliffe) Stephen Dorff. Nuestro héroe se hace llamar Johnny Marco (Suena similar a Donnie Darko, pero no) y es un superstar con una vida huequita como cabeza con trayectoria de bala. Miss Coppola vuelve a mostrar su muñeca respecto a estos asuntos (la vacuidad de las estrellas, lo rutinario y obsoleto de sus transcurrires, estén o no en la cima de su popularidad) pero durante la proyección pudimos escuchar claramente exclamaciones del tipo ¡Dale, hacé un corte, meté un corte YA!.
Así es: Esta vez nos ponemos de ése lado y le damos la razón al grito: La primera mitad de Somewhere no justifica su extensión, ni siquiera con las dos gatitas siamesas que bailan disfrazadas de tenistas para placer (queremos creer, por que no parece estar disfrutándolo) de Donnie Darko, quien durante la segunda mitad de Somewhere puede y debe empezar a relacionarse con su hija de una buena vez por todas y de este modo caer en cuenta (de modo dulzón, casi diabético) que hay cosas más importantes que estar todo el día peinando mandanga, teniendo sexo con gemelas rubias y fans y sacándose fotos publicitarias de tu último y exitosísimo tanque cinematográfico de 100 millones de dólares.
Por que, como decía Guille Francella...
después de todo, lo que más importa es la familia.
Sobre todo si tu viejo dirigió The Godfather Part II.
Muy, muy lejos de Virgin Suicides.
Dando vueltas por sitios frívolos bastante llamativos en su persona.