El lado oscuro de la soledad
Hemos hablado últimamente de algunos films cuya temática ronda en percibir al otro diferente a nosotros como una carga, una compañía insoportable; que parecen expresar (en algunos momentos) a la soledad como el objeto más preciado. Pero también nos encontramos con toneladas de relatos en la historia del cine que pintan a la soledad de una forma un poco más dura; como aquel pozo del que no hay escape y suelen mostrar al otro como una necesidad indispensable para seguir viviendo. Y justamente, Sofia Coppola es una especialista en este tipo de historias. Ya hemos visto en la fabulosa Perdidos en Tokio, cómo la presencia del otro viene a ser la salvación dentro de la vorágine de sentirse ajeno. Somewhere ( Sofia Coppola, 2010) no sale del canon: nos trae un recorte de la historia de una estrella de Hollywood, Johnny (Stephen Dorff) que experimenta un momento de soledad extrema, de depresión y sinsentido hasta que empieza a relacionarse más cercanamente con su hija, Cleo (Elle Fanning), quien lo acompaña en todos los momentos que antes eran vacíos. Suena muy tierno, ¿no? Pero la hija del gran Francis no cae en cursilerías, nos trae una historia sincera, despojada de artificios y sumamente honda. Una visión más opacada de la vida de aquellos que parecen siempre brillar.
A pesar de las fuertes críticas que Sofia Coppola ha recibido y recibe y los amores-odios que despierta, en lo personal, me siento muy conmovida por todos sus films, siempre logra darle en la tecla y someterme a ver un espejo en la pantalla. Y creo que si prestáramos atención y observáramos su trabajo sin prejuicios a todos nos pasaría. ¡Es que es tan difícil no sentirse identificado cuando se habla de soledad! Desde Las vírgenes suicidas hasta su último estreno, Coppola ha ahondado en esta temática pero siempre desde casos y ángulos diferentes. En “Somewhere” nos encontramos con un protagonista masculino (cosa extraña en la directora) que básicamente vive una vida sin sentido y que no encuentra emoción en nada. Y en este punto creo que el film se destaca en su homogeneidad: con un ritmo lento que roza lo aburrido, imágenes inmóviles y acciones que se repiten, silencios prolongados y la interpretación a medida del actor hacen que el espectador ingrese en la atmósfera y que pueda experimentar, con el efecto del film, el mismo vacío que el protagonista. Y algo que no se puede dejar de destacar en relación a esto es la acertada elección del soundtrack al que nos tienen acostumbrados las películas de la directora; no sólo que las canciones son deleitantes sino que se ajustan de una manera natural y hasta necesaria a los ambientes creados.
Somewhere poster Somewhere: El lado oscuro de la soledad cine
Por otra parte, una vez que Cleo ingresa en la historia y cobra protagonismo en la vida de Johnny el ritmo del film cambia: nos encontramos con más movimiento en las imágenes, las actividades que se realizan son diversas, el personaje principal deja de lado los hábitos que más caracterizaban su hundimiento; de alguna forma todo se vuelve un poco más brillante.
Podríamos decir que esta vez Coppola cayó en un cliché al retratar algo tan contado como la historia de un padre desastre que con la llegada de su hijo/a se le ilumina el camino. Pero considero que esta resolución simplista no es aplicable a Somewhere. Recorriendo las relaciones humanas con la línea de la soledad como tópico, la directora se centra en diferentes sexos, edades, situaciones. Esta vez nos ofrece la relación de un padre y una hija, nada más sincero y complejo a la vez; relación que parece llenar millones de huecos pero al mismo tiempo genera otros tantos interrogantes. Sí puedo decir que, a mi juicio no fue la mejor elección mostrar una estrella de Hollywood y lo vacía que es su vida detrás de cámara…son historias que nos cansamos de escuchar: Britney Spears borracha, Charlie Sheen con quinientas mujeres, Robert Downey Jr. colocado. La historia de la estrella caída o de sonrisas en la alfombra roja y whisky a montón en la habitación del hotel se encarga de contarla E! Entertainment. En ese punto sí lo consideré un cliché aunque es innegable que la banalidad del medio encaja muy bien con la historia.
Puedo decir que lo nuevo de Sofia Coppola me gustó mucho y que me ha dejado con esa sensación de vacío pero de alegría inentendible al mismo tiempo. Otra vez lo logra “la hija de Coppola”, con una estética bellísima, tan característica de todo su trabajo y con una historia conmovedora.