A UNA SOCIEDAD QUE DA LA ESPALDA LE TOCAMOS LA NUCA
Javier Fesser se anima a trabajar una temática que muchas veces se ha visto plagada de prejuicios. A través de un equipo de basquetbol integrado por adultos con discapacidad, Somos campeones logra hablar de una minoría que casi siempre el sistema deja por fuera, más allá de la “integración” que predica.
Marco es un entrenador de basquetbol de buena reputación pero de pocos modales. Ese carácter mal llevado, sumado a un poco de alcohol en sangre mientras manejaba, lo llevan a tener que realizar tres meses de servicio a la comunidad. La tarea que se le asigna es dirigir a un equipo de adultos discapacitados. Aún queriendo dejar en reiteradas oportunidades, el temor a cumplir una condena en prisión lo hacen persistir. La obstinación que tiene Marco con el triunfo y la falta de formación pedagógica hacen que a la hora de dirigir a estos jóvenes no realice una adaptación del contenido a enseñar. Pero lejos de ser perjudicial, aunque en una primera instancia parece imposible, esto hace que el techo de los jugadores sea mucho más alto.
Lo cierto es que Marco no es realmente el centro de la escena, es sólo el vínculo para conocer a todo un equipo que sabe realmente cómo trabajar el humor. Somos campeones logra mantener el timing desde las conversaciones más disparatadas, las miradas pícaras y los comentarios picantes. Es a través la comedia que el film logra sobrellevar el dramatismo, que muchas veces este tipo de propuestas conlleva. Y es que el drama se torna inevitable porque la sociedad aún no ha avanzado demasiado en debates de este tipo. Más discutido, pero aún vigente, el binomio de la “normalidad” vs “anormalidad” sigue imperando. Desde ahí que siempre la mirada hacia lo distinto sea lo faltante en comparación con lo “normal”.
Más que asumido tienen estos adultos la etiqueta que la sociedad les pone, y desde allí es que podemos observar el manejo de otros valores. El humor negro y el sarcasmo son estilos del habla que manejan con sumo dinamismo, y esto es realmente atractivo para los espectadores. Pero además de esto, es posible ver cómo resignifican la idea de ganar. Ser campeones va más allá del triunfo numérico de los partidos, significa sobrellevar las limitaciones.
En este sentido, es Marco el que se lleva más aprendizajes de esta experiencia. El equipo lo ayuda a enfrentarse a varios miedos que él tiene. Dado el cambio de lógica, el entrenador empieza a poder ver su vida de una manera muy distinta de la que tenía antes de conocerlos. Somos campeones funciona porque plantea un mayor acercamiento a estos adultos con discapacidad. Cada uno de ellos construye un personaje llamativo, saben cómo trabajar el humor. Por mencionar a un par, Gloria Ramos como Collante y Fran Fuentes como Paquito brillan por la perspicacia de sus comentarios.