Un hombre y un niño entran en un supermercado. Se miran, hacen gestos, manejan un código en común. De modo que el mayor pone una canasta delante de un cliente para tapar mientras el menor se esconde algunos productos. Luego salen victoriosos y van en búsqueda de croquetas antes de volver a su casa para repartir con el resto lo que acaban de obtener. En el camino se encuentran con Juri, una niña de cinco años en cierto estado de abandono que ellos no aceptarán. Al llegar a su casa, la mesa de la cena se completa con una anciana, una adolescente y una mujer que acepta quedarse con la pequeña y convertirla en un integrante más de la familia, en su “hija” menor aunque eso sea considerado un tipo de secuestro.