Esta es la clásica película donde los actores la pasan mejor filmándola que los espectadores viéndola.
Adam Sandler es un artista extraño que cada tanto te sorprende con excelentes interpretaciones como la que brindó en Embriagado de amor, Reign over me y recientemente en Funny People, de Judd Apatow, pero después te sale con estas mediocridades que no tienen explicación.
Acá se juntó con su grupo personal de amigos con lo que hace años trabaja y seguramente el rodaje debe haber sido una fiesta, pero el resultado del film no es bueno.
Ya de por si a la película la aniquilaron desde el trailer donde pusieron todas las escenas graciosas.
Si viste el avance entonces ya conocés la película y vistes los mejores momentos.
El problema de Son como niños es que no tiene una trama concreta y vende un concepto equivocado.
El título no hace creer que se trata de un grupo de amigos inmaduros que se comportan como chicos cuando todos lo que vemos es a un grupo de borrachos inadaptados que se juntan para bardearse entre sí.
El filme es como un rejunte de escenas supuestamente graciosas al que el editor luego le intentó dar el formato de un largometraje.
Rob Schneider es quien tiene algunos buenos momentos que no quemaron en el trailer, pero no hay mucho más.
Para la clase de film que hicieron los 102 minutos se hacen eternos.
Después de las buenas películas que hizo en el último tiempo, donde pudo mostrar otra faceta como actor, Adam Sandler ya está viejo para estas comedias que hacía cuando recién arrancaba en su carrera.
La verdad que hay mejores propuestas en la cartelera a la hora de comprar una entrada al cine.