Sonic

Crítica de Martín Chiavarino - Metacultura

Las aventuras del erizo del espacio digital

Después del fallido cortometraje de 2013 y de las series animadas, el famoso erizo del videojuego de la empresa de consolas Sega regresa para iniciar -o reiniciar- nuevamente su aventura. La ópera prima de Jeff Fowler comienza con la famosa persecución por parte del Dr. Ivo Robotnik (Jim Carrey) contra Sonic (Ben Schwartz), un simpático erizo azul capaz de alcanzar inimaginables velocidades debido a su potencial de energía ilimitada. El film no narra demasiado sobre el origen del personaje superpoderoso pero sí sobre su llegada a la Tierra y su asentamiento en una madriguera en el pueblo de Green Hills, en algún lugar de la Costa Oeste de Estados Unidos. El pequeño deambula desapercibido para todos menos para un linyera, el loco del pueblo, que divaga sobre un demonio azul, hasta que en su soledad descarga una energía tal que atrae la atención del gobierno norteamericano, que envía al demente Dr. Robotnik a investigar.

El film discurre en un tono de comedia alrededor de escenas extravagantes entre todos los protagonistas, destacándose por supuesto un Jim Carrey en un papel que adapta a su estilo humorístico con gran soltura, entregando una gran actuación y -sin duda alguna- lo mejor de la película. Las interpretaciones están acorde con la propuesta, no son malas pero se nota demasiado la diferencia de talento para envolver al espectador entre el carisma de Carrey y el del resto.

Sonic (Sonic the Hedgehog, 2020) es una obra realizada por y para el marketing, para divertir a todos los públicos sin ofender a nadie, demasiado plagada de una seudo nostalgia para que los padres no se aburran, llena de clichés, con chistes que a veces divierten y a veces no, y que incluso se repiten hasta el hartazgo. La única excepción es Carrey, que con su talento lograr levantar la propuesta hasta que Sonic y su amigo humano, Tom Wachowski (James Marsden), vuelven a su dinámica habitual de viaje de amigos que se meten en problemas.

La película es claramente una obra destinada a un público amante de los videojuegos de consolas, del personaje en cuestión, y por supuesto, para los más pequeños. La animación de Sonic les trajo varios dolores de cabeza a la productora, el director y todo el equipo de diseño, ya que hubo que rediseñar el personaje tras críticas respecto de la apariencia de la criatura, que se asemejaba demasiado al personaje del film Pokémon Detective Pikachu (2019), lo que demuestra la falta de originalidad de todos los pedestres diseñadores de estos personajes que se copian entre sí y no tienen ninguna idea propia.

La faena de Fowler, en base al guión de Patrick Casey y Josh Miller, queda a mitad de camino del desastre total que podría haber sido Sonic si los gerentes de marketing hubieran triunfado en todas las decisiones, hoy en gran medida asimismo dejando de lado lo que podría haberse conseguido con un equipo de artesanos con amor al personaje y algunas buenas ideas. Una vaga idea de la amistad y de la familia pobremente desarrollada, un peluche que quiere convertirse en el patético oso Ted de Seth MacFarlane, una correcta banda sonora, algunas escenas logradas de Jim Carrey y un gran villano es lo único -bueno y malo- que deja el opus una vez que termina, nada más ni nada menos.