La Dra Rose Cotter (Sosie Bacon, sí, la hija de Kevin) ama su trabajo, lleva una vida algo intensa, está comprometida con Trevor (Jessie T. Usher) y trabaja como psiquiatra en un Centro de Salud Mental muchas horas. Tantas, que casi no duerme y cada caso que llega a la Clínica la seduce para seguir trabajando. Su tormento comienza cuando llega Laura Weaver (Caitlin Stasey), una joven que se niega a hablar pero ante la insistencia de Rose le cuenta aterrorizada que “algo” la persigue desde que fue testigo de cómo su profesor se suicidaba a golpes con un martillo, y sabe que va a morir pronto porque la entidad que la sigue obliga a que la persona que está contagiada también se suicide para que no se rompa la cadena. Cuando Laura lo hace, Rose pierde el control, primero cree que está pasando por un stress post-traumático, luego se da cuenta que ella también está en peligro. Escrita y dirigida por Parker Finn en su debut cinematográfico, el director ofrece una historia efectiva y dinámica que obliga a Rose a enfrentarse a un pasado que la marcó. La película cuenta con buenas actuaciones, sobre todo de su protagonista. Está plagada de jump-scares para los amantes del género y si bien no es la mejor película de terror que vas a ver, es entretenida.