En los últimos años nos encontramos cada vez con más propuestas que apuestan al género del terror, buscando no solo asustar al espectador sino ofrecerle una historia novedosa, más psicológica y con contenido que valga la pena ver.
Hace dos semanas se estrenó «Barbarian», una película interesante que a partir de distintas tramas que parecían no tener demasiada relación nos brindó un relato aterrador e impactante. Ahora llegó a las salas «Smile» («Sonríe»), otra cinta que logra darle en el clavo gracias a su clima de pura tensión, buenas actuaciones y muchos detalles que suman a la hora de construir miedo del bueno.
Después de ser testigo de un extraño y traumático suicidio de una paciente, la Dr. Rose Cotter (Sosie Bacon) empieza a experimentar sucesos aterradores que no parecen tener una explicación racional, más que ser a causa de estrés postraumático. Pero a medida que el terror comienza a apoderarse de su vida, Rose deberá enfrentarse a su pasado para sobrevivir y escapar de su horrible realidad.
«Smile» es una película que mantiene la tensión constante a lo largo de casi dos horas de duración. Por momentos recurre a los clásicos jumpscares, que, a pesar de que muchas veces los esperamos, consiguen asustarnos igual, y, por otros, utiliza el recurso del susto y del miedo de una manera más retorcida e inesperada, haciendo que el espectador espere que algo suceda y cuando finalmente baja la guardia lo toma por sorpresa.
La música y el sonido también contribuyen a generar este clima de terror, apelando a una banda sonora inquietante y perturbadora, como también a escenas que pasan del silencio a un ruido fuerte que te descolocan y asustan. Lo mismo ocurre con la dirección y el predominio de planos cortos que hacen que el público no pueda ver demasiado lo que pasa alrededor de la protagonista y el impacto sea aún mayor.
Siguiendo con los aspectos técnicos, los efectos especiales y la construcción de los momentos de terror están muy bien logrados. No solo generan las sensaciones esperadas en el público, sino que no desentonan con la historia ni permiten que se pierda la credibilidad.
Pero no todo es miedo y terror. La película también tiene espacio para el humor, no demasiado pero sí lo suficiente como para descomprimir un poco las situaciones tensas y tenebrosas.
«Smile» no es una cinta que solo busque el susto fácil, sino que propone un juego mucho más psicológico que habla sobre la salud mental, los traumas, el suicidio, la contención profesional y familiar, entre otras cuestiones. También se mezcla mucho lo real y lo imaginario, haciéndonos creer cosas que muchas veces no lo son, consiguiendo meterse en nuestra mente.
Es interesante como el recurso de la sonrisa está presente durante todo el film con algunos detalles muy sutiles (y otros más expuestos y remarcados), que pueden pasar un poco desapercibidos, pero que un espectador atento podrá descubrir y ver un patrón en la mayoría de las escenas.
A medida que transcurre la historia, nos vamos enterando más detalles sobre la trama, avanzando con pasos firmes y sólidos. Tal vez podría haber sido un poco más corta y haber evitado algunos momentos un poco repetitivos en la desesperación de la protagonista por entender qué le ocurre, pero esto no perjudica al resultado final, ya que cada tanto tenemos algún giro interesante y revelador que hace que la espera valga la pena.
Sin dudas tenemos que destacar el trabajo de Sosie Bacon, actriz que nos brinda una maravillosa interpretación mientras va descendiendo por el espiral de la locura y la desesperación. Los planos cortos benefician su labor ya que podemos ver bien sus expresiones y reacciones. Transmite muy bien su miedo, su ansiedad y fuerza para luchar. Podemos empatizar con ella y sufrir por lo que está pasando. Está bien acompañada por personajes secundarios que tal vez no tienen demasiado peso por sí mismos pero sí se ponen al servicio de la trama principal. Por momentos también sucede que dejan de lado a algunos secundarios, no vuelven a retomar su participación y no queda muy cerrada su historia.
En síntesis, «Smile» resulta ser una muy buena propuesta dentro del cine de terror, que lejos de quedarse en la superficie de entidades malignas que se apoderan de la vida de una persona, logra ahondar en los traumas, los vínculos y la psicología del ser humano. Una película que consigue construir un ambiente opresivo, lleno de tensión, suspenso e impacto, con algunos jumpscares más clásicos y otros mejor pensados. Buena actuación y liderazgo de su actriz principal termina de redondear este sólido film.