Cine mudo
En términos generales cuando desde el cine, ya sea desde los registros documentales o bajo los códigos de la ficción, se abordan temas relacionados a la discapacidad se reduce el enfoque a historias de auto superación dentro de un micro clima que por lo general no toma un verdadero contacto con lo macro. Cuando se habla de lo macro, claro está, el término inclusión –tan en boga últimamente- ocupa el eje del asunto y entonces las luchas contra las adversidades dictan las pequeñas épicas de las personas con necesidades especiales o capacidades diferentes para ser políticamente correcto.
Sordo propone ya desde el vamos otro paradigma que lo hace singular y tan reflexivo sobre la discapacidad como cualquier documental de estas características, pero con el plus de no caer en el convencionalismo de la discapacidad institucional para adentrarse en las problemáticas de un grupo de teatro integrado únicamente por actores hipoacúsicos. En primer lugar se trata de actores y en segundo plano que todos ellos son sordos.
Desde un espacio cinematográfico que expone las historias de cada uno, sus maneras de afrontar la sordera ante el entorno pero también su capacidad creativa en primer lugar para poner a punto la puesta de una obra teatral donde serán ellos y sus gestos los encargados de comunicarse con el público, la propuesta del director Marcos Martínez (Ver entrevista) que coquetea de manera constante con la ficción desde una puesta en escena concentrada en lo visual dada la falta de lenguaje verbal –no así gestual o de otro tipo- consigue amalgamar por un lado la observación de sus personajes pero también hacer del teatro un vehículo expresivo más que poderoso. También por las características de cada uno de los actores se cruza otro lenguaje en esta propuesta que es el del cine mudo y por momentos ese ámbito le impregna otro tono a un relato anclado en los hechos de la realidad.
Una de las escenas puede ser más que elocuentes para definir la posición y la mirada de Sordo, inclusive de cada uno de los integrantes del grupo de teatro Extranjero: el rechazo de un premio por considerar que solamente el hecho de haberlos elegido obedecía pura y exclusivamente a la discapacidad y no a la calidad de su obra.